Manos lejanas, invasora tropa bajo la ducha que en vapor me arropa; lejanas manos que se hicieron mías en húmedas, secretas travesías;
manos en dionisíaca embajada, seguid, seguid, que ya no hay retirada.
Brevería Nº 1292
Ducha
Hacia la ducha vas semidormida, equilibrando desnudez y toalla, te observa impúdico el espejo; calla su tic-tac el reloj, su marcha olvida.
La sombra, que antes te admiró tendida, ha invitado a la luz, que ahora avasalla tus miembros pálidos, y al fin estalla en abrazo de danza retorcida.
El agua te amará, tan blandamente, como si una caricia transparente descolgara su adorno hasta los pies.
Y tus manos, pensadas como mías, transitarán secretas galerías…, pero, ay, qué triste quedarás después.
Los Angeles, 26 de abril de 2005
Soneto Nº 1271
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