EL RUIDO DEL ALMA
Ira.
Es fácil definir: el ruido del alma.
Ira. El irritante invisible del corazón.
Ira. El despiadado invasor del silencio.
Cuanto más fuerte se hace, más nos desesperamos.
Algunos estarán pensando: No tienes idea de lo
difícil que ha sido mi vida. Y tienes razón, no la tengo.
Pero sí tengo una idea muy clara de lo desdichado
que será tu futuro a menos que logres dominar tu ira.
Toma una radiografía del mundo del vengativo y contemplarás un tumor de amargura: negro, amenazante, maligno. Carcinoma del espíritu.
Sus fibras fatales trepan alrededor del corazón y lo destruyen.
El ayer no lo puedes alterar, pero tu reacción ante el ayer sí.
El pasado no lo puedes cambiar, pero tu reacción a tu pasado sí.
Lucado, M., & Gibbs, T. A. (2001).
Promesas inspiradoras de Dios (Page 63). Nashville, TN:
Caribe-Betania Editores.
Nunca dejes que el ruido del alma te impida disfrutar del silencio del espíritu. Es en el silencio de la quietud espiritual cuando podemos escuchar la susurrante voz del Maestro. Sòlo se escucha cuando ya hemos desterrado el ruido del alma...La Ira.