Sus ojos estaban llenos de atardecer.
- ¿Cómo te llamas? - preguntó ella.
El siguió mirando el horizonte,
haciendo danzar sus piernas
sentado en el borde del abismo.
- Me llamo Nadie.
Ella se sentó a su lado y Nadie
apenas se inmutó.
Ella siguió preguntándole:
- Y ¿de dónde vienes?
- De donde mueren los besos.
-" Debe ser un lugar triste, ese"
Los lugares no son tristes....
....los hacemos nosotros con nuestros hechos.
-Y ¿cómo se muere un beso?
Un beso no se muere nunca
pero el, no lo sabe....
Cuando se da sin amor,
cuando se recibe sin pasión
resbala por las pieles y huye
a su lugar de agonía
donde terminar su dolor de caricia.
Ellos quieren anclarse en unos labios
en una mejilla
y en una piel amable
tiemblan de pena por no saberse queridos
y sufren.
Y ¿por eso vienes a sentarte al precipicio?
Entonces él la miró
Contempló su mezcla de nube y ola y respondió:
-Si. Por eso vengo a sentarme en este lugar.
Y ¿tu a qué vienes?
Preguntas mucho.....me sangra el corazón.
Aquí percibo el dolor de los besos,
de los que han sufrido
y el saber de otros alivia
de una manera extraña mi carga....
¿ Y tú quien eres?
¿De dónde vienes?
¿Qué quieres?
"Soy Nada.
Vengo del lugar de donde mueren los sueños,
donde quien los tuvo, los deja morir
no por haberlos conseguido,
sino por falta de fe.
Nadie la mira de nuevo.....
Nada sonrie.....
Nadie la abraza y Nada se deja abrazar.
Nadie quiere regalar sus besos
Nada sabe de su sueño
Nadie lo intenta
y Nada lo espera.
Un beso, un sueño.
De Nadie para Nada.....
......de Nada para Nadie.
Tratame con cariño, soy un principe!