NO PODRAS AMAR A OTRA!
porque en todas me veras, sabes que digo verdad y no ignoras además…que cuando junto a ti se escape una risa el rumor de mi agua fresca en tu oído cantará, que cuando un beso te den o tú pidas será mi boca, granada roja y jugosa la que gozaras, que cuando escuches que te llaman tañera la campana de mi voz nombrándote sin cesar, y sobre todas las cosas cuando unos ojos verde mar te miren será en las olas de los míos donde te sumergirás. Y por último; amor mío al subir al paraíso, temerás que en ese instante final del suspiro gritaras en silencio mi nombre y me amaras.
No podré amar a nadie, nadie existe como tú. Me llenaste mis espacios, sin dejar una oquedad, respondiste a mis silencios, me sacaste las sonrisas, me dibujaste deseos, y tomándome de la mano me enseñaste a caminar. Me vestiste de princesa en los sueños de tu vida, me nombraste la sirena que surcaba tus mareas y así; sin pretenderlo me regalaste la ternura del niño que hay en el cielo inmenso de tus adentros. Y antes, mucho antes Me llevaste a tu montaña allí gritaste mi nombre salido de tus entrañas el eco se lo guardo y se quedo por siempre habitando en tu valle. Eras mi sueño soñado hoy eres mi pensamiento y mi recuerdo constante.
Ese será nuestro infierno, el abismo de los dos mientras sigamos viviendo, nadaremos en recuerdos y escalaremos momentos, y se llenaran nuestros días de ausencias y arrepentimientos que nos asesinaran y destruirán por dentro.
Tatiana Krahe
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