Yo soy un ser espiritual, creado a la imagen y semejanza de Dios y, como tal, tengo poder creativo. Todo es posible gracias al poder de Dios en mí, y mis oraciones afirman esas potencialidades. Aunque no puedo controlar los acontecimientos de las personas a mi alrededor, puedo determinar cómo pensar y sentirme acerca de ellos, y cómo responder. Cuando oro por otros, lo hago con fe en el espíritu de Dios en ellos.
Cuando oro por otros, utilizo conscientemente mi poder creativo innato. Veo el bien en las personas por quienes oro y afirmo su potencial divino para el amor, el gozo, la paz, la prosperidad y la salud. Cuando oro por otros de esta manera, apoyo amorosamente a la vida. Afirmo la posibilidad divina en otros.