Tomo tiempo para renovar mi mente.
Rato callado
Así como las plantas necesitan de la luz del sol y de sustancias nutritivas para crecer, yo también necesito sustentar mi cuerpo, mente y espíritu. Si mi energía parece debilitarse o surge un reto de salud, aprovecho la oportunidad para dar comienzo a una transformación en mí.
En un rato callado, reconozco a Dios como la fuente de vida sanadora. En oración, mi vínculo con el espíritu divino en mí se fortalece. Visualizo mis células y tejidos expresando nueva energía y todo mi ser es revitalizado. Este rato de reflexión renueva mi cuerpo, mente y espíritu, y doy gracias.
“Reconócelo en todos tus caminos ... porque esto será medicina para tus músculos y refrigerio para tus huesos.”—Proverbio 3:6, 8
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