Siento serenidad y confío en mí.
Brillo
Al pulir una gema preciosa, permito que su brillo surja. Según remuevo el sedimento, la gema comienza a brillar mostrando su belleza y su luz interna. Yo también tengo una luz interna, la luz del Cristo. Esa luz crística es el centro de mi naturaleza espiritual. La sabiduría divina brilla desde mí para revelar la acción a seguir cada vez que tomo una decisión. Cuando necesito una perspectiva más clara en una situación, confío en la luz del Cristo en mí. En momentos de oración, la luz del Cristo ilumina el sendero ante mí.
La claridad y brillo que busco se manifiesta cuando elimino el sedimento de cualquier confusión o temor que yo pueda tener.
“¡Levántate, resplandece, porque ha venido tu luz y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti!”—Isaías 60:1
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