No puedes aferrarte a un instante, porque tan pronto como seas conciente de que está aquí, se habrá ido. Lo que sí puedes, sin embargo, es vivir cada instante intensamente, de manera tal que su valor esté siempre contigo.
No puedes hacer que vuelvan las entrañables circunstancias del pasado. Pero lo que sí puedes es tomar la alegría de aquellos tiempos, que aún resuena en tu corazón, y volver a expresarlas una y otra vez de renovadas y creativas maneras.
Aunque la vida esté cambiando de manera constante e inexorable, las cosas buenas de veras nunca se olvidan. Cuanto más plena y auténticamente vivas cada instante, más llena estará tu vida de valores que no podrás perder.
Las alegrías que has ido cosechando no fueron el resultado de ninguna circunstancia en particular. Llegaron a ti porque te abriste a las cosas buenas de la vida y aún siguen contigo, a pesar de que muchas cosas puedan haber cambiado.
Aunque no puedas aferrarte a este hermoso momento, en realidad no hay ninguna razón para hacerlo. Porque si ves, agradeces y experimentas su belleza en plenitud, esa belleza, esa felicidad, estarán en ti por siempre.
Deja de lado la necesidad de aferrarte a cualquier cosa o circunstancia efímera y pasajera. Y harás lugar para que la felicidad crezca en tu vida, a cada instante.
Gabriel Sandler
CON CARIÑO
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