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Crisis Social: LA PALABRA DIARA MES DE ENERO
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De: TATIS-7 (Mensaje original) |
Enviado: 05/01/2016 14:46 |
En oración, creo una visión clara para mi futuro.
Cuando me fijo metas, oro para que mi camino se aclare. Centro mis pensamientos y acudo al lugar apacible en mí. En la quietud, estoy atento a la guía divina. ¿Qué he de hacer? ¿Cómo debo hacerlo? Tener claridad es el primer paso hacia el logro de mi visión. Imagino un vaso lleno de agua cristalina, y Le pido al Espíritu que me dé la misma claridad acerca de mi dirección futura.
Confío en que mi camino se desenvuelve de manera perfecta en el momento correcto. Todo está en orden divino. Guiado de manera divina, sigo el camino claro de mi visión. Alineado con el Espíritu, avanzo hacia mi meta con aplomo y confianza. Lo que una vez estuvo más allá de mi alcance, ahora está cerca de mis manos.
Jesús le puso otra vez las manos sobre los ojos, y el ciego recobró la vista y pudo ver a todos de lejos y con claridad.—Marcos 8:25
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De: TATIS-7 |
Enviado: 10/01/2016 02:14 |
Mis relaciones personales son transformadas cuando escucho sagradamente.
Si me encuentro en medio de un malentendido con otra persona, recuerdo este versículo de la carta de Santiago: “Todos ustedes deben estar dispuestos a oír, pero ser lentos para hablar y para enojarse”. Esta sabiduría me anima a escuchar atentamente antes de reaccionar. Si un reto con otra persona surge, sigo la sabiduría de Dios y me siento en paz.
Al ir a la fuente de paz en mí, demuestro empatía y oigo con el corazón. Antes de hablar, hago una pausa y escucho para fortalecer las comunicaciones. En todas mis interacciones, hablo con claridad y comprensión. Mantengo en la mente una visión clara de resultados cordiales y pacíficos. Siento gratitud porque mis relaciones personales son transformadas cuando escucho sagradamente.
Que lo oiga el sabio, y aumente su saber, y que el entendido reciba consejo.—Proverbios 1:5
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De: TATIS-7 |
Enviado: 20/01/2016 02:35 |
Perdono y dejo ir todo resentimiento.
Hoy evalúo mi vida con el perdón en mente. Estoy listo para comenzar de nuevo, en algunas o en todas las áreas de mi vida. Voluntariamente dejo ir cualquier resentimiento o juicio que pudiera retrasar mi cometido. Perdono a quien haya dicho o hecho algo que me hirió. No es que apruebe su comportamiento, sencillamente me niego a aferrarme al dolor. Suelto y dejo ir.
Cuando me aferro al resentimiento, solamente me hago daño a mí mismo y bloqueo mi curación. En oración entrego mi dolor a Dios, Quien abre el camino para que el gozo y la paz entren en mi corazón.
Dios es la presencia de todo bien en la cual vivo, me muevo y tengo mi ser. ¡Comienzo de nuevo, experimentando la pureza, el gozo y el amor de Dios en toda área de mi vida!
Perdonen, y serán perdonados.—Lucas 6:37
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De: TATIS-7 |
Enviado: 22/01/2016 03:05 |
El gozo verdadero y perdurable surge del Cristo en mí.
El cofundador de Unity Charles Fillmore escribió: “El gozo verdadero y perdurable surge del interior”. Al considerar sus palabras me doy cuenta de la importancia de mi práctica espiritual —mi tiempo en meditación silenciosa. En mi santuario interno me restablezco, recibo consuelo, guía y soy elevado en el Espíritu para experimentar gozo.
Aunque disfruto de las actividades externas, mi fuente de gozo perdurable es mi naturaleza espiritual —el Cristo en mí. Al estar consciente de esta Presencia sagrada me lleno de alegría y paz. Conocer mi fuente de gozo me revitaliza. Permito que mi júbilo fluya libremente en cada área de mi vida. Tengo presente que el gozo verdadero y perdurable surge del Cristo en mí.
¡Que el Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en la fe, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo!—Romanos 15:13
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De: TATIS-7 |
Enviado: 24/01/2016 21:32 |
Soy uno con toda la humanidad.
Cuando pienso en la cualidad espiritual de la compasión, pienso en Jesús. El amor que él compartió con los demás era un bálsamo sanador. En momentos callados recuerdo la compasión de Dios por mí y por todas las personas.
Aparto tiempo para experimentar plenamente el amor de Dios. Luego lo extiendo hacia los demás con palabras y acciones compasivas. A lo largo del día, reconozco el Cristo en ellos y les envío pensamientos y oraciones afables que afirman su verdad. Vincularme corazón a corazón aumenta mi sentido de unidad. Somos uno con Dios y uno los unos con los otros. Como una expresión divina, me uno y sirvo a la humanidad con compasión.
Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad.—Colosenses 3:12
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