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De: Tatisverde (Mensaje original) |
Enviado: 07/09/2016 14:56 |
Mis oraciones por otros son regalos del corazón.
La oración es un regalo del corazón que puedes dar una y otra vez. Bien sea que ores por un ser querido, un amigo, un vecino o un extraño, al orar por otros das la mayor bendición posible. Al hacerlo, pon tu fe en el amor y la sabiduría de Dios. Entrégale la persona o la situación, y libera toda expectativa de resultados específicos.
Comienza por centrar tus pensamientos en el Espíritu divino. Siente Su amor en ti y ten presente que este amor rodea, eleva y bendice todo. Permite que las siguientes palabras sean la meditación de tu corazón:
El cuidado amoroso y apacible de Dios te envuelve ahora y por siempre. Eres guiado, saludable, próspero, sereno y libre. Afirmo para ti lo mejor y más elevado, sabiendo que sólo el bien viene a ti.
Oren unos por otros.—Santiago 5:16 | | | |
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Tengo confianza, no tengo preocupaciones y soy valiente.
Si mi corazón está apesadumbrado, una buena manera de mejorar mi estado de ánimo es abrir las cortinas para que la luz del sol entre. Los rayos dorados me recuerdan el fulgor de Dios en mi corazón. La energía divina ilumina mi estado de ánimo, y mi esperanza se aviva. En vez de preocuparme, descanso en la presencia serena de Dios.
Al alinearme más profundamente con la paz de Dios, siento que una sensación de alivio me baña. Mi entusiasmo hace a un lado cualquier ansiedad. Me niego a perder tiempo preocupándome. Por el contrario, pongo mi confianza en la vida divina en mí. Dejo ir y dejo a Dios actuar. Elijo la esperanza y no la preocupación, la fe y no la duda. ¡Elijo confiar en Dios!
Por lo tanto les digo: No se preocupen por su vida, ni por qué comerán o qué beberán; ni con qué cubrirán su cuerpo.—Mateo 6:25 | | | |
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Yo soy el amor de Dios en expresión.
El deseo de dar es uno de los regalos más grandes que Dios me ha dado. Es verdaderamente Su espíritu de amor expresándose por medio de mí. Siento gratitud por mis bendiciones y las comparto con los demás.
Ofrezco mi amor y mis pensamientos positivos con una sonrisa motivadora. Doy libremente a medida que las oportunidades se presentan. Digo palabras de vida y curación a las personas a mi alrededor. Tal vez no conozca sus necesidades específicas, mas Dios sí las conoce.
Libremente y sin titubear, me ofrezco como un canal por medio del cual Dios bendice a los demás. Siento gratitud por cada oportunidad que Dios me da para ser Su amor en expresión. ¡Al compartir mis bendiciones, recibo muchas más a cambio!
Con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les dará a ustedes.—Mateo 7:2 | | | |
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El dar y recibir amor me libera de la negatividad.
Después de ser liberado, Nelson Mandela disfrutó de su libertad dando gracias por las bendiciones de la vida. Él se convirtió en un canal abierto, recibiendo el amor de los demás y compartiéndolo con todas las personas con quienes entraba en contacto.
Quizás ése es el verdadero significado de la libertad —dar y recibir amor. Adopto ese concepto hoy. Si siento que me tratan injustamente, perdono y me libero del rencor. El amor me libera del resentimiento y me hace receptivo a experiencias más felices y satisfactorias. Mi modo de vida es inclusivo.
Soy libre para vivir en armonía. Al dar amor, recibo amor, y recuerdo las palabras de Pablo: “El amor es el cumplimiento de la ley”.
El amor no hace daño a nadie. De modo que el amor es el cumplimiento de la ley.—Romanos 13:10 | | | |
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El amor divino fluye hacia mí como bien abundante.
Las preocupaciones acerca de cómo pagar las cuentas mantienen mi atención enfocada en la escasez en vez de en la gratitud por el bien en mi vida. De manera que hago el compromiso de cambiar mi enfoque —un pensamiento a la vez, un momento a la vez— y de mantener una actitud de gratitud.
La Rev. Edwene Gaines dice: “Puedes vivir de acuerdo con tu propósito divino, en armonía con el plan de Dios, con todo lo que pudieras desear o necesitar al alcance de tus dedos”.
Si busco trabajo o un cambio positivo en mi situación financiera, recuerdo esas palabras. Con gozo afirmo: El amor divino fluye hacia mí como bien abundante. Tengo fe en que ahora mismo el amor de Dios me está bendiciendo abundantemente.
Den, y se les dará una medida buena, incluso apretada, remecida y desbordante.—Lucas 6:38 | | | |
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