Mis oraciones por otros me elevan a un nivel más alto de conciencia.
Orar por otros es un acto noble que beneficia mi bienestar. Cuando digo palabras de Verdad poderosas y afirmativas por alguien, mis pensamientos también son elevados a un plano más alto de conciencia.
Unidos en oración afirmativa, experimento una sensación magnificada de la presencia crística en mí y entre nosotros. Comulgamos con la presencia poderosa de la conciencia crística. Jesús afirmó esta conciencia cuando dijo, “Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo, en medio de ellos”.
Doy gracias por cada oportunidad sagrada de orar con otros. Al hacerlo, soy elevado a una conciencia más alta.
Cuando terminaron de orar, el lugar donde estaban congregados se sacudió, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y proclamaban la palabra de Dios sin ningún temor.—Hechos 4:31