Hoy me siento agradecido por la abnegación de quienes sirven a sus países y comunidades. Estas almas dedicadas responden al llamado de poner las necesidades de los demás por encima de las propias. Ofrecen sus talentos y fortalezas al servicio de quienes probablemente nunca conozcan.
Aunque lo hagan sin esperar agradecimiento, estoy consciente del tiempo, del esfuerzo y a veces también del sacrificio que conlleva servir a los demás. Los bendigo con oraciones de seguridad y protección. Los visualizo sirviendo con honor y claridad de propósito. Decido honrarlos enviando oraciones de gratitud y cariño, mientras continúan respondiendo a su llamado a servir.