Extracto del Volumen 4 de Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspenky, del Dr. Maurice Nicoll
COMENTARIO SOBRE LAS EMOCIONES NEGATIVASHablaremos hoy de las diferentes clases de emociones negativas. Se ha dicho varias veces que el objeto del Trabajo es despertar el Centro Emocional. También se ha dicho que, debido a que el Centro Emocional no trabaja propiamente, no nos da verdaderas emociones. Está sobrecargado por haber imitado las emociones negativas de los otros y por las que surgen de la Falsa Personalidad. El Sr. Ouspensky dijo hace algunos años: "No conocemos las verdaderas emociones. Nuestro Centro Emocional está alimentado con papel moneda, novelas, filmes, etc.". Debido en especial al trabajo realizado por O. en conexión con la enseñanza recibida de G., se le dio tanta importancia a la parte negativa del Centro Emocional. En otras palabras, debido al trabajo que efectuó sobre esta parte del sistema, el estudio de las emociones negativas pasó a ocupar un lugar de privilegio. Ahora bien, G. enseñó que la máquina humana es capaz de realizar grandes experiencias, mucho más allá de las que conocemos corrientemente. Si todos los centros estuvieran despiertos y realizaran un trabajo correcto, de cierto no nos reconoceríamos. Tal como somos, llevamos una vida endeble y carente de sentido día tras día, porque nuestro aparato para la vida está en tan mal estado. O. hizo hincapié sobre el hecho que esta situación se debía al mal estado de nuestro Centro Emocional. Está anegado por diversas clases de emociones negativas. Por esta razón interesa escoger de la antigua literatura esotérica algunas de las cosas que fueron escritas acerca de las emociones negativas y descubrir qué emociones negativas fueron especialmente mencionadas por la necesidad de trabajar contra ellas, de modo que el Centro Emocional pudiera ser purificado. Es preciso comprender ante todo que la purificación del Centro Emocional tiene que ver con las Emociones Negativas. No hay que mezclar la idea de la pureza del Centro Emocional con la pureza tal como se la entiende en el sentido moral. La gente cree que las emociones impuras siempre se refieren a los pensamientos sexuales y que las emociones puras consisten en nunca tener esos pensamientos. Ahora bien, antes de citar algunos párrafos de O, diré que una de las emociones más impuras es la envidia. Volveremos en breve a este punto.
El Sr. Ouspensky dice (en Tertiun Organum):
"Existe una división de la emoción en pura e impura. Todos los sabemos, todos empleamos esas palabras, pero no comprendemos gran cosa de lo que significan. En rigor, ¿qué significan 'puro' o 'impuro' con referencia al sentimiento? ... Sólo el análisis de las emociones desde el punto de vista del conocimiento puede darnos una clave de ello... Las emociones impuras nos dan un conocimiento oscuro, no puro, así como un cristal impuro nos da una imagen confusa. La emoción pura da una imagen clara, pura de aquello para cuyo conocimiento se la destinó. Esta es la única decisión posible de la cuestión. Llegar a esa condonen nos salva del común error de los moralistas que dividen arbitrariamente todas las emociones en 'murales' e 'inmorales'. Pero si intentamos un instante separar las emociones de sus acostumbrados marcos morales, vemos entonces que la cuestión es considerablemente más sencilla, que las emociones no son puras por su naturaleza, ni tampoco que son impuras por su naturaleza, sino que cada emoción será pura o impura según se le incorpore o no otras emociones. Puede haber una sensualidad pura, la sensualidad del Cantar de los Cantares, que nos inicia en la sensación de la vida cósmica y nos da el poder de oír latir el pulso de la naturaleza. Y puede haber una sensualidad impura mezclada con otras emociones malas o buenas desde un punto de vista moral pero que convierten igualmente en fango el sentimiento fundamental. Puede haber simpatía pura, y puede haber simpatía mezclada con cálculo para recibir algo en cambio de nuestra simpatía. Puede haber puro amor al conocimiento, sed de conocimiento en la que las consideraciones de utilidad o de provecho asumen la principal importancia".
(Ed. americana, pág. 201).
Todas las emociones negativas son impuras en el sentido del Trabajo. Deforman. Todos nosotros deberíamos saber ya lo que significa llegar a ser negativo. Se lo conoce por el sabor interior. De repente uno se siente por completo diferente. ¿Por qué se siente uno de súbito por completo diferente? Me refiero desde luego a aquellos que gozan de alguna observación de sí interna. Tales personas saben que les ha sucedido algo dentro de sí. ¿Qué les ha sucedido? De pronto se han vuelto negativas. Hemos hablado recientemente sobre este particular, creo que en el último comentario, refiriéndonos a un hombre que se levanta de la mesa por haber sido llamado por teléfono y vuelve a sentarse completamente cambiado. Lo importante es que harta un pensamiento desagradable al que se le permite tener poder sobre uno puede hacer que en las más placenteras circunstancias se vuelva uno negativo por haberse identificado con dicho pensamiento. Todo, por así decir, cae en uno. Ahora bien, si una persona está tan indefensa interiormente pese al amparo del Trabajo, si es a tal punto una función de vida, si toda mi vida interior depende de los sucesos externos y del modo en qué es tratada por la gente, entonces en verdad dicha persona carece de individualidad. Nada tiene en sí misma que pueda mantenerla apartada de la vida externa y de la forma en qué esta se comporta hacia ella —nada en ella con lo cual resistir a la vida.
Ahora bien, si tuviera en ella al Yo Real —esto es, si llegara a ser conciente, y el Yo Real fuera el Amo en ella— lo que sucede en la vida externa poco podría afectarla, porque tendría en si misma su centro de gravedad.
Sabemos que cuando somos negativos vemos todo de una cierta manera, desde cierto ángulo, digamos, como dominados por el recelo. Sabemos que nos ata como un hechizo, que no podemos creer lo que recordamos vagamente haber creído poco antes, cómo si todo hubiera sufrido de pronto una inversión. Esta brujería, este poder que ata como un hechizo y pertenece a las emociones negativas, no puede ser detenido al instante. Es preciso empezar con las emociones negativas más ligeras y separarse de ellas —no dejarse llevar por ellas. Puesto que en nosotros mismos no tenemos un verdadero centro de gravedad y puesto que nuestra denominada vida consciente es una manifestación del desplazamiento de diferentes "Yoes", hemos de comprender hasta qué punto es preciso mantenerse despierto para poder trabajar sobre el Centro Emocional, en especial cuando se tiene algún placer en ser negativo. Si se pudiera eliminar todas las emociones negativas de la mayoría de la gente, no les quedaría fuente alguna de felicidad. El Trabajo dice que debe¬mos renunciar al sufrimiento inútil —esto es, nuestras emociones negativas. ¿Y ha renunciado usted a toda huella de ellas? Las emociones negativas son causa de nuestro sufrimiento y con todo las gozamos.
Ahora bien, hacer una lista de las emociones negativas nos ayuda a observarlas. Es lo que hay que hacer. Mencionaré tan sólo unas pocas. Mencionaré la Envidia. Interesa tratar de definir qué es la Envidia. Jenofonte, hablando de Sócrates, dijo que "considerando lo que es la Envidia, decidió que era algún desasosiego, no como el que surge por el mal éxito de los amigos, ni tampoco el que se siente por el buen éxito de los enemigos, pero sólo dijo que eran envidiosos los que se sentían fastidiados por el buen éxito de sus amigos". Recordarán que hemos citado recientemente el parecer de Píndaro sobre la Envidia, phthónos, "la peor de todas las bajezas que deforman al Hombre", siendo el deseo de despreciar la excelencia la parte más mezquina de su naturaleza. Bacon, en su Historia Natural dice: "La Envidia emite algún espíritu maligno y ponzoñoso que se apodera del espíritu de otro. y es asimismo de mayor fuerza cuando la hechura del ojo es oblicua", lo cual está de acuerdo con lo que dice el Eclesiástico: "El hombre envidioso tiene el ojo malvado (XIV. 8-10). (Es interesante destacar que el origen latino de la palabra, "envidia", significa literalmente "una mirada de mala voluntad".) Pablo habla de otras emociones negativas, tal como las enemistades, las peleas, los celos, la ira, etc., pero la impetración final a los Gálatas es:
"No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos una a otros, envidiándonos unos a otros", (Y. 26). Asimismo, en el Antiguo Testamento, en Proverbios, el mayor poder es atribuido a la envidia: "Cruel es la ira, e impetuoso el furor; mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?"