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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Ceciliak59  (Mensaje original) Enviado: 14/05/2010 19:22
(Se recomienda releer el texto de apoyo al Tema 3: Consideración Interna)

CONSIDERACIÓN INTERNA Y CONSIDERACIÓN EXTERNA III

Hemos hablado la última vez de la necesidad de la consideración externa en el Trabajo. La consideración externa debe empezar con el inicio del Tra¬bajo, hasta donde es capaz una persona de hacerlo. Una persona que es auto-centrada —es decir, que sólo piensa en sí misma o en los otros refirién¬dose a sí misma— no puede ir muy lejos. Tal persona sólo trabaja a lo largo de la primera línea de Trabajo, la línea del Trabajo sobre sí, y ello hasta un punto muy limitado. La segunda línea, del Trabajo tiene que ver con las otras personas y nuestra actitud hacia ellas. Esto exige también el trabajo sobre si. No significa meramente que es preciso soportar las mani¬festaciones desagradables de los otros —y se debe recordar que ellos tienen que soportar las nuestras— sino que significa más bien la práctica de la consideración externa en general.
Cada persona tiene una manera más o menos fija de tomar a las otras, debido a sus actitudes y sus límites topes. Vemos a los otros a través dé nuestras actitudes y limitaciones. Por lo general las otras personas no nos gustan. Somos instintivamente hostiles. Recuerdo que G. dijo una vez que cuando nos cruzamos con una persona en un sendero ponemos nuestros músculos en tensión. Se nos ha dicho que no deberíamos fingir simpatía hacia las otras personas, sino tratar de trabajar sobre la antipatía. La anti¬patía crece muy fácilmente. No se puede considerar exteriormente a otra persona, si sólo se siente antipatía por ella. Toda persona se escinde muy fácilmente en simpatía y antipatía, y en las relaciones no se debe permitir que la antipatía crezca mecánicamente. Por la observación de sí nos damos cuenta de que para cada persona tenemos dos memorias. Cuando somos ne¬gativos sólo recordamos las cosas desagradables: cuando no somos negativos las olvidamos. Tenemos una vaga idea de lo que significa un tratamiento justo en lo que respecta a la conducta exterior. Pero es preciso ser justo en nosotros mismos hacia los otros y esto es en realidad el trabajo sobre sí que toma la forma de la consideración externa. Por lo general crece un enjambre de pensamientos y sentimientos desagradables acerca de otra per¬sona, a los que se permite voluntariamente entrar en la conciencia. Tanto por amor a sí mismo como a la otra persona hay que hacer algo, es decir, es menester trabajar sobre sí para neutralizar, por así decirlo, ese material poderoso y desagradable que existe en uno. Para neutralizar ese veneno había que apelar a toda la inteligencia y sinceridad y memoria de trabajo, con el fin de tratar imparcialmente dentro de sí mismo a la otra persona. Habrá que ponerse a sí mismo en el lugar de la otra persona. Habrá que desechar toda justificación de sí, y sobre todo recordar lo que se ha obser¬vado en uno mismo, y cómo se es, antes de criticar con tanta facilidad a la otra persona.
Por otra parte, no se tiene necesidad alguna de hacer esto. Basta con¬siderar internamente. Se puede hacer cuentas, decirse a si mismo que la otra persona está equivocada, que uno no fue tratado Justamente, que la otra per¬sona está en deuda con uno. Todo esto forma la base de muchas relaciones en la vida. Dicha base es la consideración interior. ¿Acaso no hemos notado en una relación entre dos personas, que, por regla general, una de ellas considera más externamente y la otra muy a menudo sólo considera interna¬mente y se queja de todo?
En el Trabajo, la consideración exterior debe penetrar más profunda¬mente que en la vida. En realidad pertenece a la purificación del Centro Emocional. Uno de los grandes objetivos de este Trabajo radica en despertar el Centro Emocional, que está drogado con emociones negativas y todas las pequeñas emociones de sí, de la vanidad, del engreimiento, etc. La conside¬ración exterior (en el sentido del Trabajo) requiere un esfuerzo consciente, mientras que la consideración interior es mecánica, es decir, no requiere esfuerzo sino que prosigue por sí misma y crece por sí misma del mismo modo que las emociones negativas. En el Trabajo, la consideración exterior no surge de los motivos de vida. Es por eso por lo que requiere un esfuerzo consciente. Es menester tomar en consideración a personas a quienes, en la vida, ni siquiera se pensaría en tenerles consideración alguna. Es esta clase de consideración exterior la que puede cambiar el nivel de ser. Ocupémo¬nos de una persona qué practica la consideración exterior en la vida, por ejemplo, un camarero principal. Es quizá un hombre muy inteligente. Ob¬serva lo que gusta a la gente, cuáles son sus peculiaridades, qué esperan de él, en qué forma se irritan, qué alimentos prefieren, y así sucesivamente. Saca provecho de todo ello. Como San Pablo es "todas las cosas para todos los hombres", pero no por los mismos motivos. Es suficientemente inteli¬gente como para adaptarse a las necesidades de las otras personas. Se des¬vive por amor a los otros. Tiene tacto, es observador, se borra a si mismo, etcétera. Pero hace todo esto porque está representando un papel. Y tiene perfecta razón. Es inteligente. Pero el caso es diferente en el Trabajo. La consideración exterior desde el punto de vista de la vida no es la misma cosa que la consideración exterior desde el punto de vista del Trabajo. Al mismo tiempo, una persona que conoce lo que significa en la vida la consideración exterior y a quien se le enseñó a estudiar las necesidades de las otras personas quizá sepa mejor lo que significa en el Trabajo la consideración exterior.
Lo que deseo que ustedes entiendan esta noche es que la clase de con¬sideración exterior que muestra el camarero no es la misma que la que llega a ser eventualmente necesaria para todos los que están en el Trabajo. Se llega a la necesidad y a la significación de la consideración exterior en el Trabajo desde un lado diferente que por cierto se relaciona con nosotros mismos y nuestro propio interés, pero no del mismo modo. Nos hemos pro¬puesto como fin tratar de que la gente despierte, que no se identifique con todo, que no sea esclava de inútiles estados negativos y mentes vacías. Si seguimos haciendo cuentas unos de otros, por medio del desprecio secreto, las charlas malintencionadas, el asesinato psicológico de los demás, etc., todo el trabajo sobre si se resiente. En" el proceso de despertar del sueño, una cosa depende de la otra. Una pierna no puede salir de la cama. Es preciso que la persona salga completamente de la cama, al quiere ponerse de pie. Al cabo de estar un tiempo en el Trabajo se llega al punto de la sinceridad consigo mismo en la que comprende que nadie puede permitirse el estado peculiar en que observa que está. Entonces se empieza a comprender por que es pre¬ciso considerar externamente, es decir, rectificar las cosas en sí mismo con respecto a los demás. Así esta breve nota les hará comprender que la consi¬deración exterior, en el Trabajo, no es algo superficial, sino muy profundo. Al principio es necesario practicar la consideración exterior de un modo com¬pletamente externo, por así decirlo, pero observando su calidad. Cuanto mas sincera, mejor será la calidad. Cuánto más superficial y fingida, peor será. Todos los esfuerzos en el Trabajo, como se ha dicho a menudo, dependen para su resultado de la calidad. Les sugiero como trabajo práctico que cada uno de ustedes decida considerar exteriormente a una persona en la próxi¬ma semana. Observen sus reacciones mecánicas hacia esa persona. Observen sus críticas mecánicas. Observen en qué momentos se sienten superiores. Traten de encontrar en sí mismos las mismas cosas que son motivo de queja en la otra persona. Piensen en qué forma reaccionarían si la otra persona pensara de ustedes lo que piensan de ella. Pónganse en el lugar de la otra persona. Traten de ver dónde está la dificultad, tanto en ustedes como en la otra persona. Traten de no identificarse. Observen su charla interior y a qué se refiere. Manténganse despiertos en lo que están haciendo, lo cual será su propósito por una semana. Recuérdenlo cada día al levantarse. Piensen en ello por la noche, dónde fracasaron, por qué fracasaron, cuándo empezaron a considerar interiormente en lugar de considerar exteriormente. Entonces entenderán mejor el significado de la consideración exterior y de qué modo puede cambiar el ser.


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