Temor - Miedo – Angustia.-
Están estrechamente relacionados. Por lo general, uno lleva al otro; pero no son lo mismo. El temor es un sentimiento vago e indeterminado; en cambio, el miedo es provocado por algo preciso con nombre y - a veces - rostro. Podemos considerarlo como la estimación mental de un peligro. Por otra parte, la angustia es la respuesta neurovegetativa que se traduce en sensaciones corporales y en síntomas físicos, como opresión precordial o a nivel del plexo solar, temblor, taquicardia, sudoración, etc.
Podemos sentir temor o miedo de algo; pero sólo si experimentamos un compromiso corporal, podemos decir que estamos angustiados.
La angustia la pueden experimentar también los niños y los animales. Toda angustia es siempre visceral. Es una senso-percepción espacial y somática: el peligro está en todas partes, ya sea en el mundo exterior (expectación catastrófica) o en el propio organismo (expectación hipocondríaca).
El hombre experimenta angustia frente a la amenaza de aquellos valores con los que está identificado: su cuerpo, seres queridos, sus bienes materiales, seguridad, prestigio, etc.
Durante la semana, observen qué hechos, situaciones, personas, les producen temor, miedo o angustia. Tomen consciencia de si hacen algo por superar esta emoción y enfrentarla, o si solamente rehuyen las causas que la originan.