Aquí cabe decir que la fe tiene el significado de algo que disminuye la entropía y libera energías que de otro modo nos ahogarían al inundar los canales del auto-mérito, de la compasión de sí, de los apetitos, de la pereza y de los estados negativos. Pero, si fuéramos a hacer uso de esta idea, la cuestión sería: "¿Señor, cómo se puede disminuir nuestra entropía?" ¿Acaso no derivamos gran parte de nuestra sensación ordinaria del "Yo" al esforzarnos en el sufrimiento? Luego, para el trabajo esta es una mala sensación de "Yo". Cuántas veces en verdad sentimos habernos preocupado y cuántas sentimos haber sufrido en silencio. Nunca logramos el reconocimiento que según nuestro sentir nos deben. Además nos cantamos muchas cantinelas. Todo esto acrecienta la entropía y todo ello constituye el terreno de sacrificio en el cual nos dicen de entrar y trabajarlo, en primer lugar, porque, como dije, el hombre psicológico es el que primero debe cambiar. Y es maravilloso cuando el hombre o la mujer psicológica empieza a cambiar en uno mismo. Es maravilloso porque se siente un aporte enteramente nuevo de energía. Se empieza a escapar de las limitaciones que uno inconscientemente había establecido. Se pasa más allá de las barreras que nuestras actitudes habían levantado, se escapa del estrecho rinconcito en el cual se vivía tan respetablemente. Se comienza a ver el otro lado, el lado tenebroso. Se permite que el rayo de luz penetre en la oscuridad interior. Se abren las habitaciones en la propia casa. Se mueve con mayor libertad dentro de uno mismo. Todo ello aumenta la energía y disminuye la entropía. Pero es preciso que ustedes hallen ejemplos en su propio trabajo y observaciones, y cada cual debe encontrar un claro ejemplo del cual esté convencido y cuyo resultado práctico se pueda ver sin argucias o argumentos. La desdicha es que las gentes entran en el Trabajo sin un claro ejemplo logrado por medio de la auto-observación de, digamos, un pensamiento negativo, y así viven ignorando todo sobre este particular. Por esta razón el Sr. Ouspensky acostumbraba a decir: "Quiero ejemplos, no charlas teóricas. Deme un buen ejemplo de observación de sí o un momento de trabajo sobre sí, un momento de verdadero esfuerzo conscientemente hecho". Esta es una posibilidad que está al alcance de cualquier persona. Y hacerlo es mucho mejor que escribir largos ensayos teóricos sobre lo que es la observación de sí o lo que debería ser o sobre el significado de las reacciones mecánicas o del sueño. Cuando se logra una buena memoria para el trabajo que se realiza sobre sí mismo y desde uno mismo, ya no se tienen dificultades para comprender que cada genuino esfuerzo de Trabajo acrecienta la energía y así disminuye la entropía. Quizá se comprenderá así por qué todas las grandes religiones que están respaldadas por una verdadera enseñanza esotérica siempre se propusieron determinada clase de esfuerzos que un hombre puede y debería hacer en su vida y sin los cuales un hombre no es hombre en un cabal sentido esotérico. Creo que la marmita caliente a que nos hemos referido, si pudiera darse a sí misma choques, llegaría a ser cada vez más caliente, es decir, a aumentar e irradiar su energía. Las marmitas no lo pueden hacer, pero el esoterismo dice que el Hombre sí lo puede hacer, dándose los choques correctos en el momento oportuno, y así alcanzar un nivel de energía por entero diferente, no el hombre mecánico que se gasta tempranamente en la vida y así se convierte en una persona muerta, sino al hombre que busca ser más consciente y al hombre que por una elección deliberada se interna en el camino del desarrollo interior, de la transformación interior, de acuerdo con una enseñanza que proviene de aquellos que ya han recorrido este camino. |