¡Un afectuoso saludo desde la carabela El Alma!

Les remito a continuación las noticias de nuestra tripulación en su primera tarea:

Zarpamos el lunes 6 con mucha ilusión y dudas, ya que, al parecer, todos los marinos somos nuevos, incluso en el arte de comunicarnos a través de este medio de mensajería. Navegamos con muchas ganas  de desarrollar eficientemente nuestras tareas, pero a veces no podemos evitar tropezarnos unos con otros por la cubierta o perderse alguno por las bodegas y no saber salir de allí y ni siquiera saber cómo pedir ayuda… aunque ya hay eficientes marineros que van en su busca y les prestan su ayuda.

Con mucho entusiasmo tomamos todossss  (porque somos muchos) posesión de nuestros cargos y los vamos desempeñando en función de la manera de trabajar que ya traíamos cada uno en nuestra vida fuera de la carabela… es decir, unos están constantemente a pie del cañón, paseándose a todas horas por todos los camarotes a ver qué pueden hacer y otros, ¿hacen su trabajo en silencio?, es difícil verlos…  e incluso saber si están y entre estos dos extremos están el resto de los colores del arco iris.

Un marinero nos presentó sus dudas de querer seguir navegando cuando presentó su reporte y estamos expectantes a la espera de su decisión. En nuestras maneras de hablar nos vamos conociendo poco a poco: los poetas, los escuetos, los emocionales, los cuentistas, los perdidos, los inteligentes, los rebeldes... Algunos reportes llegaron “ligeramente” fuera de tiempo por la inexperiencia  o la ignorancia de las normas y porque alguno se perdió por el triángulo de las bermudas… queda aún algún marinero perdido allí que no sabemos si podrán regresar por que nadie los encuentra.

Continuamos nuestro camino expectantes, confiando plenamente en que Nuestra Timonela nos llevará a buen puerto si nosotros cumplimos con nuestras tareas, por supuesto… porque los tiburones están por ahí dando vueltas a la espera de un poco de carne.

Saludos cordiales Compañeros de Viaje!

Paso a relataros los sucesos acaecidos durante la ejecución de la cuarta tarea:

Continuamos camino con los vientos ligeramente en contra que le afectan a la mayoría (pero no a todos) en forma de alguna resistencia, distracción y justificaciones a la hora de cumplir la tarea de forma constante. Aunque también nos ayuda a observar nuestras mecanicidades y podemos sentir, cuando sale el sol, nuestra intención de ser cada vez mejores marineros en la realización de nuestro trabajo.

Todos los reportes no pudieron ser entregados el día especificado por problemas en la plataforma del grupo… algo que ya nos ocurrió también (casualmente) en la anterior tarea… Neptuno juega con nosotros… pero finalmente y con un día de retraso llegaron todos los reportes.

Sin más noticias a día de hoy se despide deseándoles (como siempre) una buena travesía:

La telegrafista de la carabela del Alma

¡Saludos a las carabelas hermanas desde la carabela El Alma!:

Nuestra carabela continúa navegando por los mares, atravesando su octava tarea con los marineros arrimando el hombro para seguir adelante… con el gran deseo, por parte de todos, de que nuestra voluntad sea cada vez más fuerte para llevarnos por nuestro rumbo con menos derivas por causas de los vientos.

Lamentablemente, hemos perdido un marinero. Anduvo por el tablón, fue y vino, merodeó y… finalmente… decidió tirarse él mismo a los tiburones. Ya “sólo” quedamos veinte marineros.

Se entregaron los reportes a tiempo…con algún caso aislado de retraso.

Se huele entre la tripulación un “aroma” de mayor esfuerzo, entrega y compromiso que se refleja  en las detalladas observaciones del trabajo en general.

¡Continuamos contra viento y marea!

¡Buen trabajo!

Perdimos algún marinero a lo largo de la travesía pero finalmente llegamos a puerto la mayoría. ¡Rayos y centellas!... las inclemencias del tiempo y la dureza del viaje nos han ido curtiendo, a base de esforzarnos hemos ido consiguiendo, sobre todo, una mayor observación de sí y un trabajo cada vez más honesto, cada uno en su medida, algunos notan más lo resultados que otros pero, por encima de todo, nos sentimos agradecidos de haber podido vivir esta experiencia que nos ha ayudado a madurar un poco más.

Un gran abrazo para los componentes de las carabelas hermanas.

Mar Blava

Telegrafista