Ilustración no.1 - EN BUSCA DEL BUEY
Sólo en la Espesura, perdido en la jungla,
¡El joven busca y busca!
Las aguas crecidas, las montañas lejanas,
Y el sendero interminable;
Exhausto y desesperado, no sabe
Dónde ir,
Sólo escucha el canto de las cigarras vespertinas
En el bosque de arces.
Ilustración no.2 – ENCONTRAR LAS PISTAS
En la ribera y bajo los árboles,
Dispersas están las huellas del perdido;
Las yerbas de dulce aroma se van tupiendo;
¿Habrá encontrado el camino?
No importa cuán remotas las colinas,
Que hubiera podido la bestia alcanzar,
Su hocico se vuelve hacia los cielos.
Ilustración no.3 – DIVISAR AL BUEY
En una rama, a lo lejos, se posa un ruiseñor
Que canta alegremente;
El sol es cálido y sopla una acariciante brisa;
En la ribera, los sauces son verdes.
El buey está allí, solo; por ningún lado
Hay donde esconderse,
La espléndida cabeza adornada con imponentes cuernos.
¿Qué pintor podría retratarlo?
Ilustración no.4 – ATRAPAR AL BUEY
Con la energía de todo su ser, el joven
Ha atrapado finalmente alo buey;
Pero, ¡cuán ingobernable su poder!
A veces, va y viene por la meseta,
Y hete aquí que de repente se pierde otra vez
En un nublado e impenetrable desfiladero.
Ilustración no.5 – ARREAR AL BUEY
El joven no ha de separarse
De su látigo y su soga,
No sea que el animal se vaya deambulando
Por un mundo envilecido;
Cuando se le atiende como es debido, el buey
Crece puro y dócil,
Sin cadenas, sin nada que lo ate,
Seguirá, por si mismo, al boyero.
Ilustración no.6 – REGRESAR A CASA
Cabalgando sobre el animal, plácidamente emprende
El camino a casa:
Envuelta en la bruma del atardecer,
¡cuán melodiosa la flauta se desvanece!
Cantando una tonadilla, marcando el compás,
¡Su corazón está lleno de un gozo indescriptible!
Es que ahora él es uno de los que sabe:
¿Es necesario decirlo?
Ilustración no.7 – HETE AQUÍ EL BUEY YA NO EXISTE
Cabalgando en el animal, por fin
Ha regresado a su casa,
Y hete aquí que el buey ya no está. El hombre,
Solo, está sentado serenamente.
Bajo un techo de paja, yacen ociosos
El látigo y la soga.
Aunque el sol rojo está alto en el cielo,
Placidamente èl sueña todavía.
Ilustración no.8 – IDO, IDO, DEL TODO IDO
Todo está vació: el látigo, la soga
El hombre y el buey.
¿Quién puede contemplar la vastedad del cielo?
Sobre el fogón prendido, ni un
Copo de nieve puede caer;
Cuando este estado de cosas impera,
Se hace manifiesto
El espíritu del antiguo maestro.
Ilustración no.9 – DE VUELTA A LA FUENTE
Volver al origen, retornar a la
Fuente; ¡ya es de por si un paso en falso!
Mucho mejor quedarse en casa, ciego y sordo
Y sin mucho que hacer.
Sentado en la cabaña, no se interesa
Por las cosas de afuera.
Contempla el fluir de la corriente; a dónde,
Nadie sabe; y las flores, de rojo
Vivo, ¿para quién son?
Ilustración no.10 – EL VIEJO EN EL MERCADO
Sin camisa y descalzo,
Llega al mercado,
Cubierto de barro y cenizas,
¡cuán amplia su sonrisa!
No es necesario el poder milagroso
De los dioses
Porque al tocarlos él, de pronto,
Los árboles secos florecen.
las_diez_ilustraciones_del_boyero_-_interpretacion_por_william_segal.doc