El movimiento, el tiempo, el espacio toma otro cariz después que has saltado la valla y logras poner aunque solo sea con las puntas de los dedos de tus pies parte de ti misma en la otra parcela. Alli, en vez de movimiento, quietud : en vez de tiempo, eternidad : en vez de espacio, libertad. Un solo momento es suficiente para que a la vuelta comprendes la importancia de decidir no dejar al tiempo el trabajo de hacer mañana aquello que yo misma puedo hacer hoy. El tiempo pasa si, fatalmente y ejerce una acción lenitiva sobre el dolor y las preocupaciones .Al principio resultaba imposible aliviarme yo misma de los pensamientos dolorosos . Ese dolor fantasmal que solo la voluntad puede acallar, sujetar, mardarlo a su sitio.
Me pregunté por penas y preocupaciones de años atrás ¿ que quedaban de ellas ? en mi nada, tal vez si acaso un recuerdo borroso , fué el tiempo quien se encargó indefectiblemente de aliviarme. Como si me hubiera tomado de la mano y me hubiera ayudado a seguir a pesar de mi aflicción. Pobre de mi cuando me sumergia en ella sin ver la posibilidad de anticiparme a la labor del tiempo .Si lo hubiera descubierto antes, la experiencia me habria facilitado el camino para las veces proximas. No sabe el bien que se procura el que consigue por primera vez sustituir con su esfuerzo la labor inevitable del tiempo.
Hoy el tiempo no existe, gracias a ello mi trabajo hoy, ahora, siempre , es procurar no dejar de darme cuenta. Y ese dolor fantasmal que tanto me ha ennudado ha dado paso a que pudiera descubrir qué lo propició.