Son las 11 de la mañana y mi cuerpo se siente cansado, no es un yo perezoso que intenta boicotearme, no. Me asiento y busco respuesta a la interrogante que se me presenta, porque a estas alturas ya no sirve cualquier respuesta.
Mi cuerpo además de cansado, consigo relajarlo, mi mente la llevo a un estar tranquilo sin idas ni venidas de pensamientos y entonces percibo llegar ese flujo de calor que me proporciona el prestar atención. ( sé que debo sujetar ese sabor para luego poder intentar transmitirlo).Es una mezcla de función óptica y dos líneas más que surgen del centro de mi pecho y del centro de mi frente. Hay una especie de triángulo .
Para mi , de momento, solo existe una sola cosa que puede darme la seguridad de que en cierto modo estoy teniendo el control de mi misma y esa cosa es mi atención. Deberiamos insistir más a los principiantes de los Cursos que ese saber prestar atención es el secreto del Trabajo . ¿qué digo, para los principiantes? para todos que , todos somos cada dia principiantes . Hoy, mañana, pasado, y al otro y al otro, cada dia es un comenzar en el Trabajo, cada dia es distinto del de ayer. Por mucho que trabajase ayer prestando atención, poco me servirá hoy si no le sigo prestando atención. Ese trabajar con la atención sólo me ayuda a desarrollarla pero sólo me sirve en el momento que la recupero porque siempre anda divagando por ahi desparramada.
Es como una manguera llenita de agua y que solo dá agua cuando le doy al grifo. Mi grifo es el cuerpo, mi cuerpo físico. Y esa atención que vá más allá de mi pensamiento la tengo que situar dentro de la manguera pero usando el grifo de las sensaciones corporales , ese es el primer paso de un largo recorrido. Sin olvidarme de que no se puede tener agua fluidamente dando saltos entrecortando la manguera porque mi atención es lo único que me saca de mi mecanicidad.