Hoy al poco de levantarme me deleité leyendo una descripción fantastica en colores , olores, seguramente también en sabores de un conjunto de verduras que puso al centro emocional de una persona, en un estado de percepción tal que llegó hasta al agradecimiento.
El resto de mi dia, hasta las seis de la tarde más o menos, estuve de un lado para otro caóticamente pero con intervalos de esperas silenciosas en distintas salas de distintos establecimientos que me dieron la oportunidad de recordar la fantastica descripción de las verduras.
Llegué a casa sin comer, con el estómago apretado a la espalda y sin nada preparado en la nevera que echarse a la boca, me puse a prepararme un caldo de apio , patatas y zanahorias y me paré a observar aquellas dos verduras que tenia en la mano haciendo , tal vez, un intento por emular a la fantástica descripción del conjunto de verduras matinero...........
.Presté atención, estaba con mucha hambre si, pero con un estado muy tranquilo, tan tranquilo que de un solo instante aquella zanahoria que tenia en la mano se convirtio en un cuerpo sagrado y ese cuerpo sagrado a la vez no dejó de ser una simple zanahoria. Ni verduras ni chuletones, ni doradas a la piedra ni bogavantes, a mi no me inspiraban ningun sentimiento ni de disgusto o de desprecio , ni mi corazón saltaría de alegria asi fuese un rico y cremoso plato de lentejas de esas que a veces me piden insistentemente .
Miré a mi alrededor , poniendo la mirada en las cosas que salían al paso, y empezé a experimentar un sentimiento de extento de todo, senti desapego, una desvalorización sobre todo, imposible para mi encontrar la palabra adecuada que describa correctamente lo que sentia, pero descubrí en mi interior que el secreto de ver las cosas como son en realidad son cuando están exentas de apegos. Y por eso si muestro la misma diligencia y atencion que pudiera mostrar hacia un bogavante rico que hacia a una zanahoria , sin que mi espiritu cambie según la calidad del objeto, podria intentar tener el mismo exito y hacerlo con todo y todos.
Porque si mi espiritu depende de las cosas, es como si cambiara de actitud y de lenguaje según la calidad de la persona con que me encuentre.
Hoy pude dirijir las cosas en lugar de ser dirigida por ellas. Y por lo tanto no hay si o no , ni bueno o malo, todo es tal cual es sin más.