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18 de enero de 2018
El diálogo mental parece una constante
desde el momento que amanecemos hasta que volvemos a dormirnos. Es
casi lo que vemos en forma fija durante todo el período de vigilia.
Perdemos la vida pensando la vida.
Nos separamos del momento, en el juego
del tiempo, los recuerdos y los deseos proyectados. Es precisamente
lo que hemos de aprender a que no se produzca. Lo primero es detectar
los pensamientos, y luego notar que hay espacios entre ellos.
Estos espacios sin pensar no solemos
notarlos, mas con una precisa atención comienzan a evidenciarse.
Luego debemos aprender a recurrir al primer pensamiento, yo soy.
Indagar en silencio sin esperar respuesta conceptual.
Podemos comenzar con nosotros mismos,
observar la actividad corporal, el modo de andar, el modo de
sentarnos, los movimientos de las manos, escuchar nuestras palabras,
observar nuestros pensamientos, mirar nuestras emociones, conocer las
tradiciones que se manifiestan en forma subliminal desde el
subconsciente, y las urgencias que vienen del nivel instintivo y
conocer los hábitos del yo en general.
Con esto seremos capaces de ver con
claridad que todas estas percepciones son pasajeras y cambiantes,
pero que quien las percibe se encuentra en una permanencia sin
tiempo.
Se observa como mucho esfuerzo
deliberado que no deja de ser meritorio, primero escuchar, después
recordar, después meditar y así sucesivamente, poco a poco van
entrando en un terreno familiar.
Conocer cosas, conocer gentes y
conocerme como identidad ¿dónde está el sentido? Sabiendo que
antes de que el mundo existiera, la Conciencia era.
En el mundo todo comienzo tiene un
final, como cotidiano se sirve a múltiples señores, en ocasiones es
mejor fluir y dejar ir.
Como Si mismo me reflejo en la
conciencia y el mundo conocido se manifiesta. Se precisa no confundir
la sensación de Yo soy, que es ajena a la mente, o sea, la
personalidad encastillada en el ego, que es un obstáculo cuando se
ignora lo Real.
Una vez se plantea eso, ¿por qué no
hacerlo? Entendiendo que todo hacer pertenece a un hacedor, es la
ignorancia de tu verdadera naturaleza, que es no ubicada, atemporal,
por tanto eterna. No hay un esfuerzo que el ego pueda llevar a cabo
para esto, ya que el ego es la sombra que no permite identificar la
luz.
Así que toda idea de mérito debe ser
comprendida como una identidad más del ego-programa. Más se trata
de una disposición suave que de un trabajo esforzado.
Es una entrega al propio silencio. Un
encontrar el valor para cuestionar todo lo que creías, y así
permitir que en el vacío de conceptos, la belleza se muestre
plenamente. La verdad es lo que es más allá de las apariencias; es
lo que Soy. Y si la mente se encuentra en equilibrio, silenciosa y
serena, porque ha comprendido la lección de las apariencias, habrá
revelación.
Se revelará lo siempre nuevo. Y podré
vivir a partir de lo verdadero, recién estrenado en cada instante
atemporal.
R.Malak.
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19 de enero de 2018
La psicología se refiere a la
meditación como una forma de conciencia alterada y es eso
precisamente.
Se reconoce que la concentración es
comúnmente una función de la conciencia objetiva. Es enfocar la
atención sobre los estímulos externos, las impresiones de los
sentidos periféricos.
La contemplación, el razonamiento y la
imaginación, son el resultado de una introversión de la conciencia
hacia los pensamientos y las ideas.
En otras palabras, es la concentración
la que se vuelca hacia adentro involucrando los niveles objetivos de
la conciencia; aun así no es verdadera meditación, ya que la
meditación trasciende es la otras formas de nuestros atributos
mentales, y no está relacionada con un símbolo o idea fija.
Tener un símbolo o idea fija, en
conexión con la técnica, no es sino una ayuda elemental, y no es la
llave final que abre la puerta de los poderes internos de la mente.
Cuando la mente está descansada y
fresca y no está estorbada por las muchas impresiones del día. Se
sugiere además que uno lleve a cabo su meditación en el mismo
lugar, de ser posible; esto crea un ambiente familiar que se vuelve
simbólico de su propósito y ayuda a alcanzar el estado de
consciencia deseado. Puede preguntarse, qué resultados pueden
esperarse de la meditación.
Hay diversas formas de entender el
silencio, generalmente concebido como ausencia de ruido o ausencia de
habla. El silencio que nos ocupa es el estado que se encuentra más
allá del verbalizar y del pensar, donde no aparece ni siquiera el
pensamiento yo.
Ese estado es conocido como Sí mismo.
Se nutre de la Realidad, la cual no aparece ni desaparece. Al mirar
un objeto fijamente nos transmite su quietud, uno se aquieta, nos
conectamos con él a un nivel muy profundo. Esta unión se percibe en
una quietud silenciosa.
El lleva a la autor realización, la
observación sin juicio. El silencio cobra sentido cuando se aprecia,
libre de todo juicio y dualidad, libre del yo y pleno de si mismo.
Silencio es liberación del ego, desapego del pensamiento y las
circunstancias, vibrante de si mismo.
El vacío y la plenitud se refieren
solo a la Conciencia, son términos relativos.
Lo Real es más allá, no en relación
a la conciencia, sino más allá de todas la relación imaginadas o
no. Los opuestos están contenidos en Ello, pero Ello no está en los
opuestos.
Las palabras “soy persona”, “soy
especial”, para Si mismo no tienen significado.
Por la vía de la identidad conocer el
nombre de algo o alguien lo hace fácil de encontrar. ¿Cuál es el
nombre de Si mismo? ¿Qué encontraré si Ello es Ello mismo?
En la diversidad se presentan múltiples
formas de conciencia centralizadas, que recogen contenidos en un
continente de conciencia, mientras que lo Indescriptible es la
esencia de la realidad, que no tiene comienzo ni final, Ser y no Ser,
ni es un estado de algo, ni de la mente, ni de la conciencia o del
intelecto.
R.Malak.
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20 de enero de 2018
Hay diversas formas de entender el
silencio, generalmente concebido como ausencia de ruido o ausencia de
habla.
El silencio que nos ocupa es el estado
que se encuentra más allá del verbalizar y del pensar, donde no
aparece ni siquiera el pensamiento yo. Ese estado es conocido como Sí
mismo.
Se nutre de la realidad, la cual no
aparece ni desaparece. Al mirar un objeto fijamente nos transmite su
quietud, uno se aquieta, nos conectamos con él a un nivel muy
profundo.
Esta unión se percibe en una quietud
silenciosa. El lleva a la autorrealización, la observación sin
juicio. El silencio cobra sentido cuando se aprecia, libre de todo
juicio y dualidad, libre del yo y pleno de Si mismo.
Silencio es liberación del ego,
desapego del pensamiento y las circunstancias, vibrante de Si mismo.
Gráficamente podríamos conceptuar el
silencio como el fondo sobre el que ocurren todas las cosas.
Estas cosas son los pensamientos, las
emociones, las acciones, el mundo, el universo mismo con todos sus
fenómenos. El silencio es el trasfondo permanente como el propio si
mismo, donde se despliega la conciencia de las cosas.
Es auto-refulgente en Si, es atención
iluminadora de todo lo conocido, que se muestra mediante el darse
cuenta. Es un silencio que no requiere la ausencia de los contenidos
para ser. Es una atención viva y lúcida de simple expectación,
libre de los juicios y de todo deseo. Observación sin juicio en
pleno presente activo.
Es la base de la existencia como la
Conciencia Esencial.
Se muestra como silencio, ya que no
presenta alteraciones, afectaciones o perturbación alguna, sino una
absoluta quietud y profunda paz. Es que la eseidad y sentido
individualizado ha quedado mudo, para dar paso a la realidad original
en total conciencia de ello.
De este modo, no depende siquiera de la
ausencia de ruidos, ni la ausencia de pensamientos, es tan solo la
libertad de ser sin identidad con los fenómenos o los pensamientos.
Cuando los labios permanecen sellados y
la noche cumple su cometido, aparece el sueño con sueños, luego el
sueño profundo que con su dulce sabor no registra pensamientos que
puedan aumentar el crecimiento egoico.
Las cosas acontecen cuando pienso en
ellas, si no hago nada solo las veo acontecer. Nada les falta ahora
mismo, la realización ya está.
Mientras se ejecutan las actividades
diarias hay influencia de las apreciaciones, los sentidos no dejan de
mostrar las variables y la mente no cesa de hacer diferenciaciones.
Si podemos darnos cuenta de esto somos
dueños de la comprensión, de quién comprende, cómo comprende y
por qué comprende.
La llama del cuerpo se enciende, todo
deviene claro y brillante. Cuando se carece de comprensión lo que
percibo en la naturaleza se conoce y se toma como si fuera cosa
propia.
Al aprender a discriminar de ese modo
se supone que soy persona dimensionada por el tiempo-espacio, lo que
provoca toda gama de sufrimientos, así la vida misma se convierte en
una pesadilla y las contradicciones se presentan.
Está claro que el engaño se presenta
al mirarme en el reflejo de la mente que está vuelta a lo externo.
Se orilla la Luz creyendo que es ajena,
como quien da la espalda al sol poniente y se asusta por la inmensa
sombra proyectada.
La identificación de Sí mismo con el
cuerpo es buena para un niño que requiere armar la personalidad para
moverse en el mundo de la dualidad.
Nada es más apreciado que saber que no
tienes nada más que buscar, sólo deja de construir ilusiones y se
lo que Eres y se orilla la luz.
R.Malak
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21 enero 2016
Constantemente hay referencias a que se
hacen infructuosos esfuerzos por comprender lo esencial. Está visto
que la razón no lo alcanza, también está visto que la adoración a
un objeto de atención como una deidad o un santo tampoco nos revela
lo esencial, y que todo lo que hacemos nos reafirma como esos
hacedores independientes que cada vez más parecen estar lejos del
supuesto objetivo, la autorrealización. La dualidad parece
infranqueable, y salir del laberinto de la ilusión parece imposible.
Si uno divaga, esto indica que la mente
está interesada en otra cosa. Luchamos contra nosotros mismos,
decimos: no me puedo concentrar, no puedo estudiar, mi mente divaga,
me distraigo con mucha facilidad, tengo que hacer grandes esfuerzos
para lograr reflexionar.
La distracción no existe como tal, la
mente la provoca, al desconocer cuáles son los requerimientos de la
mente y obligamos a la mente a hacer algo que no es agradable. La
mente, cuando no da el ritmo, responde con divagaciones,
distracciones, aburrimiento o falta de atención.
Cuando sí da el ritmo aparecen las
expresiones espontáneas de nuestra verdadera naturaleza. Por tanto,
tantas veces como aparezca la confusión mental, allí está la falta
de atención consciente a su propia fuente.
Vuelve a mirar ese problema una y otra
vez con ganas de comprender, para ver en verdad con interés, con el
deseo de ser uno con él y precisa con claridad.
Estar dispuesto a vaciarnos de
creencias nos muestra claramente que todo lo que se vive tiene un
sentido, una coordinación no ambigua dentro del devenir, que todo
está siendo percibido inteligentemente, incluyendo lo desagradable y
lo que suponemos que no nos corresponde.
Esta disposición es una apertura
consciente que recibe y acepta, en lo que se demuestra a sí misma
como el continente de todas las cosas.
Estar en la senda es observación de Si
mismo, implica Iluminación. Concisamente significa esclarecimiento,
la llegada de una comprensión nueva, un conocimiento exaltado.
Es el olvidarse de la identidad y Ser
iluminado por todo. Caen todas las obstrucciones entre el yo y los
demás. Podrán decir que este conocimiento es poder, pero las ideas
sólo tienen poder en cuanto a su aplicación. Sin uso, el
conocimiento está inerte, no logra fin alguno.
¿Para qué correr en busca del saber?
Este está en cada cosa donde mires, a donde dirijas tu mirada, en el
jardín, en las personas, en los árboles, en la montaña y en el
mar, en ti mismo. Es un poder que está incluso en el pensamiento y
se muestra sola y exclusivamente cuando se pone en acción, o sea, al
llevar a cabo algo.
Nuestro cuerpo físico o intelectual no
está equivocado, solo que ignoramos sus adecuadas señales. La
teología con nociones obsoletas nos confunde y nos entrega errores.
Las pasiones apuntan a cumplir necesidades de la manifestación,
crecer, reproducirse y envejecer, ajustándonos a las expresiones
biológicas.
Como personas nos alimentamos de algo
sutil, de la comprensión, y del hecho de que toda expresión nace de
Sí mismo y el mundo emana de una fuente indescriptible, la
conciencia.
R.Malak
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22 enero 2018
Se observa en muchos el esfuerzo
deliberado que no deja de ser meritorio, primero escuchar, después
recordar, después meditar y así sucesivamente, poco a poco van
entrando en un terreno familiar. Conocer cosas, conocer gentes y
conocerme como identidad ¿dónde está el sentido?
Sabiendo que antes de que el mundo
existiera, la conciencia era. En el mundo todo comienzo tiene un
final, como cotidiano se sirve a múltiples señores, en ocasiones es
mejor fluir y dejar ir.
Como Si mismo me reflejo en la
conciencia y el mundo conocido se manifiesta. Se precisa no confundir
la sensación de yo soy, que es ajena a la mente, o sea, la
personalidad encastillada en el ego, que es un obstáculo cuando se
ignora lo Real.
En la diversidad se presentan múltiples
formas de conciencia centralizadas, que recogen contenidos en un
continente de conciencia, mientras que lo Indescriptible es la
esencia de la realidad, que no tiene comienzo ni final, ser y no ser,
ni es un estado de algo, ni de la mente, ni de la Conciencia o del
intelecto.
Todo aquel que desee alcanzar la
Realización no puede dejar de razonar. Cuando se llega a alcanzar
ese estado de comprensión en que se ha descubierto la ilusión del
ego, se hace uso de la razón de una manera más integral con una
inteligencia que supera la normal.
Sabemos que lo que nos interesa nos
hace sentir muy bien y a lo que no nos interesa, no le ponemos
atención.
El vacío y la plenitud se refieren
solo a la conciencia, son términos relativos. Lo Real es más allá,
no en relación a la conciencia, sino más allá de todas la
relaciones imaginadas o no. Los opuestos están contenidos en Ello,
pero Ello no está en los opuestos.
Las palabras “soy persona”, “soy
especial”, para Si mismo no tienen significado. Por la vía de la
identidad conocer el nombre de algo o alguien lo hace fácil de
encontrar. ¿Cuál es el nombre de Si mismo? ¿Qué encontraré si
Ello es Ello mismo?
Al razonar se precisa pensar, y cuando
el ego no interfiere, este pensar es de un nivel más integral que el
proceso normal de construir pensamientos.
Aquí hay una concentración más
profunda, como si las ideas funcionaran a un nivel más lento, o la
comprensión a un nivel más rápido, con ello se compara y
sintetizan las ideas.
Todo este funcionamiento sucede en la
conciencia, y uno mismo es esencialmente esa totalidad atenta y
consciente.
Lo intuitivo se refiere a un saber que
se produce por sí mismo, más allá de cualquier proceso racional.
Así, intuimos una realidad de fondo
que se presenta velada por los distractores fenómenos de la vida
cotidiana.
R.Malak
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23 enero 2018
Al revisar mi atención al cuerpo, y
por ejemplo, mi cuerpo está en mí, no estoy prisionero en él.
Reconozco la percepción de mi cuerpo
por medio de mis propios sentidos, y yo los observo, así es como sé
que tengo un cuerpo. Cuando lo siento o cuando pienso en él, las
percepciones y pensamientos aparecen en mí.
Esto es atención consciente, lo
contrario es seguir sosteniendo los conceptos que nos han enseñado y
que hemos aceptado como verdades, como que estamos dentro del cuerpo
como alma, espíritu, conciencia o algo similar.
La atención funciona en la
instantaneidad, donde el Ser hace uso de una inteligencia, una luz,
una belleza, una compresión, que no es del dominio de la
individualidad.
La parte sólo puede ser el recipiente.
El recipiente es la misma totalidad que toma conciencia de “yo soy”
para saber que "el yo fragmentario" y limitado es la
expresión tiempo-espacial de una energía ilimitada y una
inteligencia total.
El primer objeto de atención que surge
a Si mismo es su propia proyección como yo soy, generando la
concepción del sentido de ser, o sea, la eseidad. Es la creación
del sujeto, que objetiva una visión del mundo.
Este sujeto, como yo soy esta
personalidad, este cuerpo, es una concepción, el primer pensamiento,
el pensamiento “yo soy esto”.
Bajo esta primera formación
consciente, es que vienen a surgir todos los demás pensamientos.
Aparte de los pensamientos, que dimensionan y contrastan por medio de
la dualidad, no hay ningún objeto existente.
Aparte del pensamiento yo soy esto, no
hay ningún individuo independiente ocupando un lugar en el espacio y
moviéndose en el tiempo.
Es la atención la que genera esta
ilusión. Por lo mismo, es la atención consciente, la que sostiene
la existencia. Descubrir la atención es el procedimiento de
indagación.
A eso se debe la investigación de
quién soy yo. Es solo por medio de la atención que se evidencia a
Si mismo, la realidad silenciosa, que como presenciadora de todo lo
conocido, es el sustrato, mi propio Si mismo.
La tendencia normal es identificar a Si
mismo con el umbral de tiempo y espacio, llamado ego ocasional.
Sumergido en la dualidad se gira sin fin produciendo olvido. En lo
personal y lo impersonal Si mismo no dice estoy haciendo todo, cada
instante acontece en su propio espacio y tiempo, allí no hay
fronteras.
El juego del lenguaje es sin méritos,
para los pasos marcados en la vida verdadera las señales están
trazadas sin defectos.
La experiencia la atrapa el tiempo y la
mente, como un espejo, nada hace y solo refleja.
Atrapados en una celda autoconstruida
seguimos viendo lo falso y la ilusión. Reconoce tu realidad y como
la aurora que antecede al día, se mostrará que el tiempo y el
espacio dejan de tener sentido.
Cuando los labios permanecen sellados y
la noche cumple su cometido, aparece el sueño con sueños, luego el
sueño profundo que con su dulce sabor no registra pensamientos que
puedan aumentar el crecimiento egoico.
Las cosas acontecen cuando pienso en
ellas, si no hago nada solo las veo acontecer. Nada les falta ahora
mismo, la realización ya está.
Mientras se ejecutan las actividades
diarias hay influencia de las apreciaciones, los sentidos no dejan de
mostrar las variables y la mente no cesa de hacer diferenciaciones.
Si podemos darnos cuenta de esto somos dueños de la comprensión de
quién comprende, cómo comprende y por qué comprende.
La llama del cuerpo se enciende, todo
deviene claro y brillante. Cuando se carece de comprensión lo que
percibo en la naturaleza se conoce y se toma como si fuera cosa
propia.
Al aprender a discriminar de ese modo
se supone que soy persona dimensionada por el tiempo-espacio, lo que
provoca toda gama de sufrimientos, así la vida misma se convierte en
una pesadilla y las contradicciones se presentan.
Está claro que el engaño se presenta
al mirarme en el reflejo de la mente que está vuelta a lo externo.
Se orilla la Luz creyendo que es ajena,
como quien da la espalda al sol poniente y se asusta por la inmensa
sombra proyectada.
La identificación de Sí mismo con el
cuerpo es buena para un niño que requiere armar la personalidad para
moverse en el mundo de la dualidad.
Nada es más apreciado que saber que no
tienes nada más que buscar, sólo deja de construir ilusiones y se
lo que Eres.
R.Malak,
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