"La
problemática que trataremos en este libro es aquella de la relación
entre dos seres, hombre y mujer, que viven juntos como pareja. Hemos
utilizado la palabra relación, pero qué quiere decir?
1. Qué es una relación?
2. De qué está hecha?
3. Desde dónde se relaciona uno con el otro y qué es lo que se relaciona?
El
hombre no es un ser armónico, aun cuando podría llegar a serlo, porque
está constituido por diferentes partes: cuerpo, mente, sentimiento, sexo
e instinto, que no están desarrolladas por igual. Siempre hay una u
otra de esas partes, más preponderante, que domina y se expresa ante la
vida, dando a ese ser su personalidad característica.
Naturalmente,
hemos dividido de esta manera al ser humano para tener una mayor
comprensión de la situación de la pareja; pero muchos aspectos de la
personalidad de cada uno —el sentido del humor, una alegría de vivir que
borra la incomprensión o un sentimiento tan fuerte que sobrepasa la
incomunicación— pueden ayudar a superar las dificultades que surgen en
la relación y muestran de manera inequívoca que es posible el
entendimiento y una relación equilibrada en la pareja."
"Cuando
existe este acercamiento, esta compenetración, se establece una
corriente entre estos dos seres que se puede llamar relación. Al aceptar
esta idea de que el hombre está hecho de varias partes, podemos
entender que cualquiera de esas partes puede ser más fuerte que las
otras y dominar, por consiguiente, la situación interior de cada ser e
influir sobre su relación.
En una
pareja, cada uno dominado por una parte diferente, uno es: por ejemplo,
intelectual y el otro, emocional, la comunicación entre ambos puede ser
muy interesante pero también muy difícil; porque no hay una comprensión
ni una vivencia común. ¿Cuáles son las partes que se comunican? El
intelectual no se interesa por lo emocional y hasta puede rechazar el
sentimentalismo; el emocional no se interesa por las palabras o ideas
del otro. Y, sin embargo, puede ser que sus cuerpos se comprendan muy
bien, se atraigan y se sientan en perfecta armonía."
También
se da el caso de parejas cuyas partes dominantes' son las mismas; por
ejemplo; dos intelectuales. En este caso, podrían tener una armonía de
ideas y de palabras, hasta podrían tener una dirección común; pero no
forzosamente habría la misma compenetración en el sentimiento, en el
cuerpo o en el sexo. Evidentemente, la unión de una pareja implica un
entendimiento entre una o dos de esas partes; pero el hecho de que haya
un entendimiento entre dos de las partes no es suficiente para crear una
relación armoniosa. Si dos cuerpos se comunican bien, el resto puede
quedar incomunicado, incluso hostil, a veces sin relación. Y esas son
las situaciones que se presentan con más frecuencia.
Las
personas dicen: "tengo un problema con mi pareja" y siempre se refieren
a que "el otro no responde a mis sentimientos" o "no se puede hablar
con él" o "no se puede hacer nada con ella". Lo que se puede ver es que
no hay relación en la pareja, no saben cómo relacionarse y, por lo
tanto, no trabajan en esa dirección.
Son
las diferencias —aquello que no se une, lo que impide la comunicación—
lo primero que nos ocupará en este libro; porque es necesario ver lo que
nos separa, y trabajar sobre esas diferencias, para poder llegar a
obtener una relación más completa con el otro ser"