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De: M´ery  (Missatge original) Enviat: 19/06/2024 08:55
LA MEDITACION

Legado por: Chogyam Trungpa

Recopilado por: Ing. Carlos de la Garza P.


Hablando exactamente, el carácter básico de la meditación toma una de las dos formas siguientes. La primera llega desde las enseñanzas que están interesadas con el descubrimiento de la naturaleza de la existencia; y la segunda, está interesada con la comunicación con el concepto externo o universal de Dios. En cualquier caso la meditación es el único camino para poner la enseñanza en práctica.
 Cuando existe el concepto de un algo externo, un Ser “superior”, existe también una personalidad interna, que es conocida como “Yo” o como el ego. En este caso la práctica de la meditación llega a ser un camino para desarrollar la comunicación con un Ser externo. Esto significa que uno tiene el sentimiento de uno mismo como siendo inferior y uno está tratando de contactar algo superior, algo más grande. Tales meditaciones están basadas en la devoción. Esta es básicamente una práctica interior o introvertida de meditación, donde el énfasis se dirige hacia un estado interno de samadhi, dentro de las profundidades del corazón. Uno encuentra una técnica similar practicada en las enseñanzas Ortodoxas del Cristianismo, donde la oración del corazón es usada y la concentración sobre el corazón es enfatizada. Éste es un medio para identificarse uno mismo con un Ser externo y necesita purificarse uno mismo. La creencia básica es que uno está separado de Dios, pero todavía existe una liga, uno todavía es parte de Dios. Esta confusión algunas veces aparece, y para lograr clarificarla uno tiene que trabajar internamente y tratar de alcanzar el estándar de individualidad hasta el nivel de una consciencia superior. Esta aproximación hace uso de prácticas emocionales y de devoción, que están dirigidas a establecer un contacto con Dios o dioses, o algún santo particular. Estas prácticas de devoción quizás también incluyan la recitación de mantrams.
 La otra forma principal de meditación es casi enteramente opuesta en su aproximación a la anterior, a pesar de que finalmente puedan conducir a los mismos resultados. Aquí no existe creencia en lo superior o inferior; ni en la idea de diferentes niveles, o de estar en un estado no desarrollado, esto no aparece. Uno no se siente inferior, y lo que uno está tratando de lograr no es algo superior a uno mismo. Por lo tanto esta  práctica de meditación no requiere de una concentración interna sobre el corazón. No existe ningún concepto centralizado. Aun tales prácticas de concentración sobre las chakras, o centros físicos del cuerpo, son aproximadas de maneras diferentes. Así que esta forma básica de meditación está interesada con tratar de ver lo que es. Existen muchas variantes de esta forma de meditación, pero ellas están basadas generalmente en varias técnicas de apertura de uno mismo. El logro de este tipo de meditación no es, por lo tanto, el resultado de largas y ardorosas prácticas para llegar a estar en un estado “superior”, ni se necesita entrar en un estado de trance interno. Pudiera ser llamada como “meditación trabajando” o “meditación extrovertida”, donde los medios habilidosos y la sabiduría deben ser combinados, parecidos a las dos alas de un pájaro. Tampoco se trata de retirarse del mundo. De hecho, sin el mundo externo, el mundo de los fenómenos aparentes, la meditación sería una práctica imposible, porque lo individual y el mundo externo no están separados, sino que meramente coexisten juntos. Por lo tanto, el concepto de tratar de comunicarse y tratar de llegar  ser uno con algún Ser superior, no aparece.

 En este tipo de meditación, la práctica del concepto del “ahora” juega una parte muy importante. De hecho, ésta es la esencia de la meditación. Cualquier cosa que uno haga, cualquier cosa que uno trate de practicar, no está dirigida a adquirir un estado superior o en seguir alguna teoría o ideal, sino simplemente, sin ningún objeto o ambición, tratar de ver lo que está aquí y en el ahora. Uno tiene que llegar a estar consciente del momento presente a través de medios tales como la concentración sobre la respiración. Esto está basado en desarrollar el conocimiento del “ahora”, porque cada respiración es única, y es una expresión del “ahora”. Cada respiración está separada de la siguiente y es sentida y vista completamente, no en una forma visual, ni simplemente como una ayuda para la concentración, sino como algo con lo que estamos tratando. Igual como un hombre muy hambriento, cuando él está comiendo, no está ni siquiera consciente de que está comiendo. Está tan metido en la comida que completamente se identifica él mismo con lo que está haciendo, y casi siempre llega a ser uno con el sabor y el agrado de la comida. Similarmente con la respiración, la idea total es tratar de ver a través de ese preciso momento en el tiempo. En un sentido las opiniones proveen un camino de escape; crean un tipo de pereza y obscurecen nuestra claridad de visión. La claridad de nuestra consciencia es velada por conceptos prefabricados. Desde el principio uno trata de trascender los conceptos, y uno trata, quizás de una manera muy critica, encontrar lo que es.
Uno tiene que desarrollar una mente critica que estimule la inteligencia. Esto quizás al principio cause que uno rechace lo que es dicho por los maestros o lo que esté escrito en los libros, pero después, gradualmente uno comienza a sentir algo y encuentra algo por uno mismo. Esto es lo que es conocido como la reunión de la imaginación y la realidad, donde el sentimiento de ciertas palabras y conceptos se unen con el conocimiento intuitivo, quizás de una manera vaga e imprecisa. Quizás uno no esté seguro de que lo que está aprendiendo sea correcto o no, sino que existe un sentimiento general de que uno va a descubrir algo. Uno no puede comenzar realmente por ser perfecto, pero debemos comenzar con algo. Y si uno cultiva esa inteligencia, este vislumbre intuitivo, entonces gradualmente, etapa por etapa, el sentimiento real intuitivo se desarrollará y el elemento de imaginación o de alucinación será gradualmente clarificado y eventualmente morirá. Finalmente el vago sentimiento de descubrimiento llegará a ser muy claro, así que ninguna duda permanece. Aun en esta etapa es posible que uno sea incapaz de explicar los propios descubrimientos verbalmente o por escrito, y de hecho, si uno trata de hacerlo sería bastante limitado y hasta sería algo peligroso. Así como ese sentimiento crece y se desarrolla, uno finalmente logra el conocimiento directo, en vez de adquirir algo que está separado de uno mismo. Como en la analogía del hombre hambriento, llegas a ser uno con el sujeto. Esto sólo puede ser logrado a través de la práctica de la meditación. Por lo tanto, la meditación es con mucho un problema de ejercicio, es una práctica en trabajo. No es un problema de entrar dentro de alguna profundidad interna, sino de una ampliación y expansión hacia el exterior.

 Éstas son las diferencias básicas entre los dos tipos de prácticas de meditación. La primera puede ser más apropiada para alguna gente, y la segunda quizás sea más apropiada para otros. No es cuestión de que una sea superior a la otra. Pero para cualquier forma de meditación uno debe primero sobreponerse a los grandes sentimientos de demandas y ambiciones que actúan como un obstáculo mayor. Hacer demandas sobre una persona, como un maestro, o tener la ambición de adquirir algo a partir de lo que uno está haciendo, vienen a partir del deseo o de las carencias, y esas carencias son una noción centralizada. Esta visión centralizada es básicamente ciega. Es parecido a tener un solo ojo, y que ese ojo esté situado en el pecho. Cuando tú tratas de caminar no puedes voltear tu cabeza hacia los lados, sólo puedes ver un área limitada. Porque sólo puedes ver en una dirección careces de la inteligencia para voltear la cabeza. Por lo tanto, existe el peligro de caerte. Esa carencia actúa como un velo y llega a ser un obstáculo para el descubrimiento del momento del “ahora”, porque la carencia o querer está basada ya sea en el futuro o en tratar de continuar algo que existió en el pasado, así que el “ahora” es completamente olvidado. Quizás exista un cierto esfuerzo para enfocarse sobre el “ahora”, pero quizás sólo el 20 % de la conciencia esté basado en el presente y el resto esté metido en el futuro o en el pasado. Por lo tanto, no existe bastante fuerza para ver directamente lo que está ahí en el “ahora”.

 Aquí, también, la enseñanza del desinterés juegue una parte importante. No es meramente una cuestión de negar la existencia del ego, porque el ego es algo relativo. Donde exista una persona externa, un Ser superior, o el concepto de algo que está separado de uno mismo, entonces tendemos a pensar que debido a que existe algo afuera debe existir también algo aquí adentro. Los fenómenos externos, algunas veces llegan a ser tales que abruman las cosas y parecen tener todo tipo de cualidades seductivas o agresivas, así que erigimos un tipo de mecanismo de defensa contra ellos, dejando de ver que eso es en sí mismo una continuidad de las cosas externas, y esto crea una tipo de burbuja gigante en nosotros que consiste nada más que de aire o, en este caso, de miedo y de la reflexión de las cosas externas. Así que esa enorme burbuja impide la entrada de cualquier aire fresco, y ese es el “Yo”, el ego.
Así que en este sentido existe la existencia del ego, pero éste es de hecho ilusorio. Habiendo establecido lo anterior, uno generalmente quiere crear algún ídolo externo o refugio. Subconscientemente uno sabe que ese “Yo” es sólo una burbuja y que puede explotar en cualquier momento, así que uno trata de protegerlo tanto como uno pueda, ya sea consciente o inconscientemente. De hecho hemos adquirido mucha habilidad para proteger ese ego, porque lo hemos protegido por miles de años. Es como si una persona tuviese unas preciosos gafas que pone en una caja o en varios contenedores para lógralas conservar seguras, así que si otras cosas se rompen ellas puedan ser preservadas. De la misma manera, el ego dura largo tiempo sólo porque uno tiene el sentimiento de que puede ser hecho añicos en cualquier momento.  Existe el miedo de que sea destruido, porque sería tanto como sentirse expuesto. Y existe ese carácter, tal como un fascinante patrón establecido fuera de nosotros, a pesar de que de hecho es nuestro propio reflejo.
Hay que dejar a un  lado ese concepto de la burbuja. Habiéndolo logrado, uno no tiene que destruir deliberadamente el ego o condenar a Dios. Y cuando esa barrera sea removida uno puede expandirse y nadar hacia lo lejos. Pero esto sólo puede ser logrado a través de la práctica de la meditación, la cual debe ser aprovechada de una manera práctica y simple. Entonces la experiencia mística de gozo o gracia o cualquier cosa que sea, pude ser encontrada en cada objeto. Esto es lo que uno trata de lograr a través de la “Vipassana” o práctica de la meditación de “vislumbres”. Una vez que uno haya establecido un patrón de disciplina y haya desarrollado una manera regular para tratar con la situación, ya sea por la respiración o al caminar, entonces en cierta etapa la técnica gradualmente se muere. La realidad gradualmente se expande, así que no tenemos que usar la técnica. Y en este caso uno no tiene que concentrarse internamente, sino que uno pude expandirse hacia afuera más y más. Y lo más que uno se expanda, lo más cerca que uno estará de la realización de la existencia no-centrada.
 Éste es el patrón básico de este tipo de meditación, que está basado en tres factores fundamentales: primero, no centralizarse internamente; segundo, no tener ninguna ansia de llegar a ser superior; y tercero, llegar a estar completamente identificado con el aquí y el ahora. Estos tres elementos van de la mano con la práctica de la meditación, desde el comienzo hasta el momento de la realizació
 Uno puede decir que el “ahora” existe siempre, más allá del concepto de la relatividad. Pero como todos los conceptos están basados en la idea de la relatividad, es imposible encontrar alguna palabra que vaya más allá de ella. Así que el “ahora” es la única manera de ver directamente. Primero el “ahora” está entre el pasado y el futuro. Después gradualmente uno descubre que el “ahora” no depende de esa relatividad. Uno descubre que el pasado no existe, y que el futuro no existe, y que todo sucede en el “ahora”. Similarmente, para poder expresar el espacio quizás tengamos que crear un recipiente, y después uno tiene que romperlo, y entonces uno ve que la vacuidad en el interior del recipiente es la misma que la vacuidad externa. Este es el significado total de la técnica.
 Al principio el “ahora” es, en cierto sentido, no-perfecto. O también pudiéramos decir que la meditación no es perfecta, es una práctica puramente hecha por el hombre. Uno se sienta y trata de estar tranquilo y se concentra sobre la respiración. Pero después, habiendo iniciado de esa manera, uno gradualmente descubre algo más que eso. Así que el esfuerzo que uno ha involucrado para adentrarse en el descubrimiento del “ahora”, por ejemplo, no ha sido gastado, a pesar de que al mismo tiempo uno quizás vea que esos esfuerzos fueron bastante estúpidos. Pero ésta es la única manera de comenzar.
 No podemos iniciar la meditación sin el ego. Y básicamente el ego no es malo. Lo bueno y lo malo no existen realmente en ningún lado, sólo es una cosa secundaria. El ego es, en cierto sentido, una cosa falsa, pero no es necesariamente malo. Tú tienes que arrancar con el ego, y usar el ego, y desde ahí gradualmente quitártelo, parecido a un par de zapatos. Pero lo tienes que usar y después quitártelo, así que éste no es preservado.

 El tipo de práctica que es encontrada en el Budismo es meramente un proceso de apertura, de rendición del ego. Es un proceso de crear un contenedor. Yo no condeno los otros tipos de devoción, pero si uno los mira desde el punto de vista de una persona que tiene una manera inhábil de usar esta técnica, entonces la devoción llega a ser un ansia de liberarse uno mismo. Uno se ve a uno mismo como estando separado, y como estando aprisionado y siendo imperfecto. Uno se toma a uno mismo como algo malo, y uno está tratando de escapar. En otras palabras, la parte imperfecta de que uno mismo está identificada con el “Yo”, y cualquier cosa perfecta es identificada con algún ser externo, así que todo lo que queda es tratar de conseguirlo a través del encarcelamiento. Este tipo de devoción es una conciencia sobre-enfatizada del ego, el aspecto negativo del ego.
La devoción en el Budismo siempre inicia sin centralizarse en el ego. En cualquier ceremonia de cantos, por ejemplo, donde se hace uso del simbolismo, o de la visualización de Budas, antes que cualquier visualización sea creada, existe primero una meditación carente-de-forma, la cual crea un espacio enteramente abierto. Y al final uno siempre recita lo que es conocido como: “La rueda Tridáctica”: “Yo no existo; la visualización externa no existe; y el acto de visualizar no existe.”
La idea es que cualquier sentimiento de logro es contrario a la apertura, así que uno no siente que esté colectando nada. Yo pienso que este es el punto básico. Uno quizás sienta una gran cantidad de devoción, pero esta devoción es un tipo de forma abstracta de devoción, que no está centraliza internamente. Uno simplemente se identifica con ese sentimiento de devoción, y eso es todo. Quizás es un concepto diferente de devoción, donde no existe un centro, sino sólo existe la devoción. Mientras que en otros casos, la devoción contiene demandas. Existen expectativas de conseguir algo en retorno.

 El miedo es una de las armas del ego. Éste protege al ego. Si uno alcanza una etapa donde uno comienza a ver el disparate del ego, entonces existe miedo de perder el ego, y el miedo es una de las últimas armas del ego. Más allá de este punto, el miedo no existe, porque el objeto de miedo es para asustar a alguien, y cuando ese alguien no está ahí, entonces el miedo pierde su función. Tú verás, el miedo está continuamente dándose vida por tus respuestas, y cuando no existe uno que responda al miedo, que sería la perdida del ego, entonces el miedo cesa de existir.
 El ego es, como les he dicho, parecido a una burbuja. Es un objeto hasta cierto punto, porque a pesar de que realmente no existe, de que es una cosa no-permanente, de hecho se muestra a él mismo como un objeto mucho más que serlo actualmente. Ésta es otra manera de protección de uno mismo, para tratar de mantener el ego.
 El ego no contiene comprensión. El ego existe de una manera falsa todo el tiempo, y sólo puede crear confusión. En cierto sentido el ego es sabiduría, pero el ego sucede que es también un ignorante. Tú verás, cuando realices que eres ignorante, que ese es el comienzo del descubrimiento de la sabiduría, es la sabiduría misma. No es una cuestión de decidir si el ego es sabiduría o ignorancia. Es simplemente que uno lo ve en esa manera. Tú verás básicamente que no existe una substancia sólida, a pesar de que hablemos acerca del ego como existiendo, como una cosa sólida que tiene varios aspectos. Pero de hecho vive meramente a través del tiempo como un proceso continuo de creación. Está constantemente muriendo y volviendo a nacer todo el tiempo. Por lo tanto el ego realmente no existe. Pero el ego también actúa como un tipo de sabiduría: cuando el ego muere, es sabiduría en sí mismo, y cuando el ego es primero formulado es el comienzo de la ignorancia en sí mismo. Así que la sabiduría y el ego no están realmente separados del todo.
 Es dejando enteramente que lo individual encuentre su propio camino, y es posible hacerlo así. Es igual a un perro que nunca ha nadado, si es arrojado de repente al agua de un arroyo, él puede nadar. Similarmente, tenemos un tipo de instinto espiritual en nosotros y si estamos dispuestos a abrirnos nosotros mismos, entonces de algún modo encontramos nuestro camino directamente. Sólo es una cuestión de abrirnos y no de tener una clara definición del todo.

 La meditación es un procedimiento con un propósito en sí mismo. No es que la meditación sea para algo, sino que es un proceder de acuerdo con la meta. Generalmente tenemos un propósito para cualquier cosa que hagamos; algo que sucederá en el futuro, y por lo tanto, lo que estoy haciendo ahora es importante, todo está relacionado con eso. Pero la idea total de la meditación es para desarrollar un camino enteramente diferente de proceder con las cosas, donde tú no tengas propósito alguno. De hecho, la meditación es proceder con la interrogante de si existe o no tal cosa como un propósito. Y cuando uno aprende una manera diferente de proceder con la situación, uno ya no tiene más un propósito. Uno no está en camino de algo. Sino que, uno es en el camino y uno también es el destino hacia donde voy.
 La realidad está ahí todo el tiempo. La realidad no es una entidad separada, así que lo que se requiere, es llegar a ser uno con la realidad, o de estar en la realidad, no de adquirir la unidad, sino llegar a estar identificado con ella. Uno es actualmente parte de esa realidad, así que todo lo que queda es dejar a un lado las dudas. Entonces uno descubre que uno ha estado ahí todo el tiempo.
 Nuestro modo usual de ver las cosas, no ve las cosas tal y como ellas son. Existen tales cosas como la personalidad, en cierta manera, pero no somos realmente individualidades separados del medio ambiente, o separados de los fenómenos externos. Mientas que, si fuéramos individualidades y no tuviéramos conexión con el resto de las cosas, entonces no habría necesidad de diferentes técnicas que pudieran conducirnos a la unicidad. El punto es que existe una apariencia de individualidad, pero esa individualidad está basada en la relatividad. Si existe la individualidad, también debe existir la unicidad.

 Describimos como una individualidad a algo que tiende a verse como un carácter con muchas cosas construidas dentro de él, lo cual es una manera de tratar de encontrar algún tipo de seguridad. Existen aspectos individuales, existen caracteres individuales. Es necesario recibir instrucción oral, enseñanza oral. A pesar de que el alumno debe aprender a dar antes que pueda aceptar cualquier cosa, debe aprender a rendirse. Secundariamente, encuentra que la idea total del aprendizaje estimula su comprensión. Y que también impide construir sobre un sentimiento desmedido de adquirir, a pesar de que cualquier cosa es “mi propio trabajo”, el concepto del yo-hecho hombre.
 Básicamente nadie puede transmitir o impartir nada a nadie. Uno tiene que descubrirlo dentro de uno mismo. Uno está en un suelo peligroso, porque fácilmente puede llegar a ser una actividad del ego, porque ya existe el concepto o el “Yo”, y entonces uno quiere construir más sobre ese lado. Uno aprende a rendirse gradualmente, y ese rendimiento del ego es un logro muy grande. También, el maestro actúa como un tipo de espejo, el maestro nos retorna nuestros propios reflejos. Entonces por primera vez somos capaces de ver que lo hermoso que somos, o lo feo que somos.
 Generalmente, las instrucciones acerca de la meditación no pueden darse en clase. Tiene que existir una relación personal entre el maestro y el pupilo. También existen variaciones dentro de cada técnica básica, tal como la conciencia sobre la respiración. Pero quizás, el maestro mencione brevemente la manera básica de meditación y el pupilo quiera continuar posteriormente por sí mismo. Estoy seguro que puede hacerse así y recibir instrucciones posteriores a partir de maestros de meditación.
 He mencionado que este tipo de meditación no está interesada con tratar de desarrollar la concentración. La meditación es un concepto muy diferente de concentración. Generalmente uno no puede realmente concentrarse. Si uno trata con mucho ahínco para concentrarse, entonces uno necesita el pensamiento de que está concentrándose sobre el sujeto y también algo que lo haga acelerar posteriormente. Verdaderamente existen dos procesos involucrados, y el segundo proceso es un tipo de vigilante, el cual da seguridad de que lo que estás haciendo es apropiado. Esta parte debe dejarse a un lado, de otra manera uno terminará estando más conciente de uno mismo, y meramente conciente de que uno está concentrándose, en vez de actualmente estar en un estado de concentración. Esto llega a ser un circulo vicioso. Por lo tanto, uno no puede desarrollar la sola concentración, sin dejar a un lado el vigilante centralizado, el tratar de ser cuidadoso, lo cual es el ego. Así que la conciencia sobre la respiración no está interesada con concentrarse sobre la respiración.
 La postura de semi-loto es la más adoptada para la meditación, si es que uno puede sentarse de esa manera. Entonces uno será capaz de sentarse a meditar en cualquier parte, en el campo o en la ciudad, sin tener que tener una silla para sentarse o encontrar algo para sentarse. También, la postura física tiene una cierta importancia. Por ejemplo, si uno se acuesta, estaría inspirado a dormirse; si uno está parado, estaría inclinado a caminar. Lo importante de la postura es conservar la columna muy recta, para que no exista restricción sobre la respiración. Y la respiración en sí misma no es un problema de concentración, sino de tratar de llegar a ser uno con el sentimiento del aliento. Al principio algunos esfuerzos son necesarios, pero después de practicar por un tiempo, la conciencia es simplemente conservarse en el camino del movimiento de la respiración; sólo siguiéndola de manera natural sin estar tratando de ligar la mente a la respiración. Uno trata de tener el sentimiento de la respiración, exhalando, inhalando, exhalando, inhalando; y usualmente sucede que la exhalación es más larga que la inhalación, lo cual ayuda a que uno pueda llegar a ser conciente del espacio y de la expansión al respirar hacia el exterior.
 Es muy importante impedirse ser solemne o de tener el sentimiento de que uno está tomando parte de un ritual especial. Uno debe sentirse muy natural y espontáneo, y simplemente tratando de identificarse uno mismo con el aliento. Esto es todo, y no debe existir análisis alguno. Cualquier pensamiento que aparezca, sólo obsérvenlo como un pensamiento, en vez de tratarlo como un sujeto. Lo que usualmente sucede cuando tenemos pensamientos es que no nos damos cuenta de que ellos son solamente pensamientos. A veces aparecen imágenes, pero debemos de reconocerlas como siendo creadas por los mismos pensamientos, así uno descubrirá que tienen una menor cualidad real. Uno no debe intentar suprimir los pensamientos en la meditación, pero uno debe tratar de ver su naturaleza transitoria, la naturaleza transluciente de los pensamientos. Uno no debe llegar a estar involucrado con ellos, ni rechazarlos, sino simplemente observarlos y retornar de nuevo a la conciencia de la respiración. El punto total es cultivar la aceptación de todo, así que uno no debe discriminar o de llegar a estar involucrado en cualquier tipo de lucha.

Ésta es la técnica básica de la meditación, y es muy simple y directa. No deben existir esfuerzos deliberados, ni intentos de controlar, ni intentos de estar en paz. Éste es el por qué la respiración es usada. Es muy fácil tener el sentimiento de la respiración, y uno no necesita estar conciente de uno mismo o de tratar de hacer cualquier otra cosa. La respiración está simplemente disponible y uno debe solamente tener el sentimiento de ella. Esta es la razón de por qué la técnica es importante para comenzar. Ésta es la manera primaria para iniciar, pero generalmente continua y se desarrolla a su propia manera. Uno, algunas veces, se encontrará a uno mismo haciéndola ligeramente diferente que cuando comenzó por primera vez, bastante espontáneamente. Ésta no está clasificada como una técnica avanzada o una técnica para principiantes. Ella simplemente crece y se desarrolla gradualmente por sí misma.

Recopilado por: Ing. Carlos de la Garza P.





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