Reír es correr el riesgo de parecer tonto.
Bien ¿y qué? Los tontos al menos se divierten mucho. Llorar es correr el riesgo de que te llamen sentimental.
Por supuesto que soy sentimental.
¡ME GUSTA SER ASI! Las lágrimas ayudan muchas veces. Exponer los sentimientos personales es correr de mostrar tu propio interior ¿qué otra cosa tengo que mostrar?
Amar es correr el riesgo de no ser correspondido.
No amo para ser correspondido.
Esperar es correr riesgo de conocer la desesperación e intentar algo es arriesgarse a fracasar.
Sin embargo debes asumir el riesgo, por que el mayor peligro que hay en la vida es no arriesgar nada.
La persona que obra así, no hace nada, no es nada, ni llega a ser nada.
Puede evitar tal vez el sufrimiento y la pena, pero no podrá aprender, ni sentir, ni cambiar, ni madurar, ni amar, ni vivir.
Encadenado a su propia certidumbre, se convierte en un esclavo. Ha truncado su libertad.
Solo la persona que se arriesga es verdaderamente libre…