LA CULPA ES DE UNO
Quizá fué una hecatombe de esperanzas un derrumbe de algún modo previsto ah, pero mi tristeza sólo tuvo un sentido todas mis intuiciones se asomaron para verme sufrir y por cierto me vieron, hasta aquí había hecho y rehecho mis trayectos contigo, hasta aquí había apostado a inventar la verdad pero vos encontraste la manera. Una manera tierna y a la vez implacable de desahuciar mi amor.
Con un solo pronóstico lo quitaste de los suburbios de tu vida posible, lo envolviste en nostalgias, lo cargaste por cuadras y cuadras y despacito, sin que el aire nocturno lo advirtiera. Ahí nomás lo dejaste, a solas con su suerte que no es mucha.
Creo que tenés razón, la culpa es de uno cuando no enamora y nó de los pretextos ni del tiempo.
Hace mucho, muchísimo que yo no me enfrentaba como anoche, al espejo y fué implacable como vos, más no fué tierno.
Ahora estoy solo, francamente solo.
Siempre cuesta un poquito empezar a sentirse desgraciado, antes de regresar a mis lóbregos cuarteles de invierno,
con los ojos bien secos, por si acaso miro
como te vas adentrando en la niebla y empiezo a recordarte.
Mario Benedetti
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