NUESTRO SECRETO
No me preguntes más, es mi secreto, secreto para mí terrible y santo; ante él me velo con un negro manto de luto de piedad; no rompo el seto
que cierra su recinto, me someto de mi vida al misterio, el desencanto huyendo del saber y a Dios levanto con mis ojos mi pecho siempre inquieto.
Hay del alma en el fondo oscura sima y en ella hay un fatídico recodo que es nefando franquear; allá en la cima
brilla el sol que hace polvo al sucio lodo; alza los ojos y tu pecho anima; conócete, mortal, mas no del todo.
Miguel de Unamuno
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