Haz, Padre nuestro,
que nos acostemos en paz,
y nos levantemos de nuevo para disfrutar la vida.
Extiende sobre nosotros el abrigo de tu paz,
guíanos con tu buen consejo y sálvanos por tu nombre.
Sé nuestro escudo para rechazar a todo enemigo,
enfermedad, violencia, hambre y tristeza.
Protégenos en la sombra de tus alas, pues
Tú eres Dios que nos guarda y protege,
soberano de misericordia y compasión.
Protégenos cuando salimos y cuando entramos, para disfrutar de la vida y la paz ahora y siempre,
y extiende sobre nosotros el abrigo de tu paz.
Bendito sea el Señor,
que extiende el abrigo de la paz sobre nosotros,
y sobre todo el mundo.
Amen!
JULIA
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