Un beso parece escapar de mis labios, mas queda suspendido en la quietud como buscando unas alas de mariposa para echarlos volar tras del umbral de tu boca que adoro besar en radar de la distancia porqué no te encuentro real, solo eres mi musa distante que se hace imaginaria en el flamear que iza mis sentimientos que te adoran y aman.
Cabalgando en el vuelo de cientos de mariposas me dejo llevar para cruzar el aire, son millares de ellas turnándose como oleajes bajo el péndulo del cielo, algo las hace regias al remplazarse tan milimétricas en tandas, mientras unas toman aire ya las otras están haciendo el relevo, son como un colchón de algodonadas nubes , lo más fantástico son sus colores tan distintos pero a la hora de retomarme se uniforman para no embriagar el prisma de mis pupilas me levitan sin perder el instinto por conservarme integro.
Todo es como estar en esa jungla consentida de sueños, sueños que me llevan ser un navegante feliz por la danza y vals de las mariposas que coordinadas no se detienen, las observo tan diminutas pero agigantadas al ser como un solo ejercito en punta de lanza como si fueran una flecha veloz atravesando el firmamento azul limpio sin estrellas, con la serenidad de no saber que hacer, solo dejo que mi cuerpo luzca liviano como si un plumaje me asistiera pusilánime, sin peso alguno, es como si el cuerpo me hubiese abandona y solo viajero va mi espirito en esa sabana extendida de colorido y alas.
Que hermoso es viajar por el beso de la mujer amada y cuantas cosas sucede alrededor de esa esperada quimera, transpirar pensando que podrá suceder cuando se imprima como un sello real donde el soberano amor será su majestad el rey, un beso que estallo en el decir de un poema, luego virtual se constituyo en figura ahora se agiganta por ser idilio real cuando llegue justo arrullando en tu boca el desmayar del anhelado beso que por largo tiempo hacía fila por llegar a la esperada cima de los llamados mortales.
Un beso que se hizo amigo de millones de mariposas, muchas de ellas lesionadas por el esfuerzo y la fatiga, jamás se quejaron, ni se rindieron ante la adversidad de caer en el fantasmal vuelo de la muerte, se mostraron honrosas por llevar la musicalidad de cada poema, eran las angelicales mensajeras y coreaban cada uno de ellos con esas notas jilgueras de rimar como lo hacen las caricias al despertar el alba, al dejar llegar el sol del amor con su incandescente fuego queriendo ser brasas en la piel amada.
Es rico consentir las sensaciones, poder escuchar cada una de las fibras, distinguir las notas, ser conocedor de las distinta melodías modularlas, disfrutarlas al máximo para definir de donde proviene, si es del corazón, de la mente, del pecho, si es gorgoteo de misteriosas composiciones hechas pasión, esa sinfonía afinando cada acorde, conozco de donde parten, de donde proviene cada uno de esos ritmos, al vibrar los distingo como si fuera un consumado escucha con radares auditivos cuando el amor se deja escuchar y sentir.
Llego envuelto en esa avasallante nube de mariposas y desciendo justo en tus labios descansa el beso mas largo, el mas entusiasta de todos, y mientras camina te dejo escuchar como repica tu corazón como el mío y el amor se inyecta, se transfiere dejándote doblegar hasta ser presa de un maravilloso mundo, solo tiene tacto para escuchar ese te amo y lo pronuncia en un si avasallante hasta entregarse integra por desgranar las delicias y te olvida que el dolor en ti existe.
LEO FRANK PARK