El amor es paciente, es benigno;
el amor no es celoso ni envidioso,
el amor no es presumido ni orgulloso;
no es arrogante ni egoísta ni grosero;
no trata de salirse siempre con la suya;
no es irritable ni quisquilloso;
no guarda rencor;
no le gustan las injusticias
y se regocija cuando triunfa la verdad.
Quien ama sinceramente es fiel a ese amor, cuéstele lo que le cueste;
siempre confía en la persona amada,
espera de ella lo mejor
y la defiende con firmeza.
Todo lo sufre,
todo lo cree,
todo lo espera,
todo lo soporta.
Tres cosas permanecerán: la fe, la esperanza y el amor. Pero lo más importante de estas tres cosas es el amor.
Jesús de Nazareth
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