UN TEMA TABÚ..

Sérgio Yañez

 

La familia y verdaderos amigos son de un valor incalculable, no importa que existan divergencias entre ellos, tarde u temprano, se liman las aristas y todo vuelve a la normalidad.

Es así que van pasando los años y los vamos perdiendo trágicamente, súbitamente u através del ciclo de la sobrevivencia.

Ciclo prolifero que me concedió la oportunidad de tener familiares y amistades, que ya pasaron de los 80 años, siendo que la más anciana está con 94 años.

Perder un ser querido no significa dejarlo de tener a nuestro lado, perdemos su parte física, pero gracias a la memoria, lo podemos mantener a nuestro lado infinitamente.

La meditación los lleva a reflexionar en algunas oportunidades que actuamos con instinto egoísta en situaciones donde no existe alternativa.

Tenemos la costumbre de construir una pared entre los muertos y los vivos, como una manera de ignorar que la muerte es ineludible, siendo que, tarde u temprano vamos tener que enfrentarla.

En algunos conceptos espirituales, se afirma que Dios determina nuestro nacimiento y muerte, será mismo?

Creo que no.!

Dios es omnipotente, bondadoso como una MADRE para sus hijos. Será que una madre que da vida a su hijo, determina el tiempo que vivirá?

La creación del universo y la raza humana es una Obra Magnifica de nuestro Criador. Tan perfecta, sublime, de libre arbitrio donde los responsabilizamos por nuestra propia existencia.

Tema complexo de profunda meditación, que es desvendada, conforme la espiritualidad de cada un. Lo único verdadero y que no tiene misterios es que : Así como nacemos, así un día dejaremos de existir.

Cuando llegue la hora, tenga la completa certeza que antes de entregar nuestra alma a Dios, los vamos recordar de nuestra madre, como este verso del poeta panameño, Guillermo Sánchez Borbón:

 

Perdóname los sueños en que agoté tu ternura.
Perdóname tus gestos, tu voz,
que prolongaron mis noches de insomnio.
Perdóname las voces con que te he llamado.
Perdóname las fiebres que al borde de mi lecho
te han reclamado.
Y por haberte envejecido, perdóname, madre,

Perdóname…..perdóname..!

 

Sérgio Yañez

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