La sirena de Villanueva de la Serena
Cuenta una antigua leyenda, que en Villanueva existía una sirena, en los remansos del río, junto al castillo próximo a Villanueva De la Serena, Badajoz. Destacaban de ella el atractivo que su voz melodiosa ejercía sobre quienes, en el silencio de las noches apacibles, tuvieron ocasión de oírla cantar acompañándose de algún instrumento. Antonio Agúndez manifiesta lo siguiente: "cuerpo de diosa, cara de luna, tez de alabastro, verde los ojos, las manos blancas..., voz melodiosa y andar de reina que cautivaba a los más garridos mozos, entre ellos un conde de Castilnovo, que atraídos por sus encantos y, hechizados ante la imagen que mostraba el espejo de las aguas, morían de amor". El vecindario estaba tan ilusionado con este mito que, en su afán por mantenerlo, fue añadiéndole a lo largo del tiempo determinadas aproximaciones históricas, y así las canciones escuchadas a partir del anochecer procederían de una cristiana cautiva en el castillo árabe de Mojafar que entonaría baladas y romances aprendidos durante la adolescencia en su tierra de Castilla.