OLVIDO CRUEL
Se me olvidó visitar a mi madre
en su lecho de enfermo...
Se me olvidó que aunque luzca
vieja, su corazón aún late y siente...
Se me olvidó que con el correr de los años,
sus pies se volvieron lentos
y sus manos torpes,
impidiéndole buscar
el diario sustento...
Se me olvidó los cuidados y desvelos
que me brindó de niño...
Se me olvidó cuando guió mis pasos
con sumo cariño...
Se me olvidó aquel gesto duro,
para corregir errores.
preparándome un buen futuro...
Se me olvidó cuando me sostuvo,
al sentir el embate acerbo
que me dió la vida...
Más aún se me olvidó:
¡Abrazarla, estrecharla entre mis brazos,
decirle que la amo
y acariciar su cabeza blanca!
Hoy al pasar el tiempo,
sentado ante esta tumba fría.
lloro desconsolado por tan cruel olvido....
Pues veo con nostalgia que mis hijos,
también de mi se olvidan...
Si tu lees estas líneas,
tienes a tu madre todavía,
jamás cometas esta villanía...
Pues no hay arrepentimiento mas grande
¡que abandonar a la mujer que te dio la vida!
Aracely Casas
Marzo 2, 2010.