Hay momentos en que un abrazo dice más que un discurso o cualquier frase contundente.
Cuando se toca a alguien, le estamos diciendo que le apreciamos, que le queremos, que puede contar con uno.
Es un gesto hermoso no sólo de aceptación sino de amor.
Soy de los que cree que un abrazo a tiempo puede curar las heridas más profundas, las ofensas más terribles, el dolor del olvido y el abandono.
Estos contactos físicos tienen su código inscrito, como las miradas.
Quien los recibe sabe cuando son mera formalidad o verdadera muestra de solidaridad y amistad. Con los abrazos es muy difícil de mentir, los cuerpos tienen sus propios diálogos.
Cuando toco a alguien le hago partícipe de mi mundo. Las grandes curaciones vienen a través de esos contactos físicos.
Un apretón de manos, un beso, y el abrazo, estoy seguro, es el más curativo de todos.
Te deseo un feliz dia,