Cuando dos personas se conocen lo suficiente como para descubrir la tristeza oculta detrás de una sonrisa o la felicidad en el brillo de los ojos...
Cuando han compartido tantas risas, y cuando el dolor del otro en ocasiones provoca lágrimas; cuando dos personas creen una en la otra y siempre son sinceras entre sí;
Cuando ambas confían mutuamente en la verdad siempre presente en ellas, puedes tener la seguridad que comparten una amistad para toda la vida.