Anne Frank, en El diario de una joven, escribiò: "Rehuso edificar mis esperanzas sobre una base de confusiòn, miseria y muerte." Ella comprendiò que la esperanza se establece en algùn sitio, màs allà de nuestras circunstancias inmediatas. En efecto, la esperanza genuina, con frecuencia se sostiene sola en la oscuridad.
Còmo era capaz, esta joven de manifestar tal brìo y convicciòn, màs allà de su corta edad? Ella no permitiò que la devastaciòn que imperaba en aquel entonces moldeara su proyecciòn hacia la vida. He aquì sus palabras: "Es realmente un milagro, no haber abandonado mis ideales...aùn los conservo. Puedo escuchar el estruendo que se aproxima, sentir el dolor de millones y no obstante, si alzo los ojos al cielo, pienso que todo va a estar bien."
No podemos imaginar cuàntos horrores pedecieron Anne Frank y su familia en el holocausto, nazi, pero sì sabemos que su padre sobreviviò. Incluso, las palabras de Anne tambien permanecen vivas.
Años mas tarde, el diario de esta joven que enfrentò uno de los perìodicos màs sombrìos de la historia de la humanidad, ha sido leìdo por varias generaciones.
Cualquiera se conmueve con aquel que decide tener esperanza en medio de la desesperaciòn.
La adversidad, de vez en cuando, es parte de la existencia. A la hora de la prueba, tenemos las mismas alternativas que Annne: Aferranos a nuestros ideales o abandonarlos. Cuando las circunstancias suenen como "estruendo cercano", recuerda la sencilla verdad que acompañò a esta joven judìa.
Un cimiento elaborado con los mateirales correctos, contribuye a una vida de victoria. Abrazar con firmeza sus propios ideales, a pesar de las circunstancias, es un sello de personalidad.
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas
las cosas cooperan para bien, esto es, para los que
son llamados conforme a su propòsito.
Romanos 8:28
tomado del libro Amanecer con Dios