En el fondo de mi alma
hay una dulce quietud
Se difunde embargando mi ser.
Es una Calma infinita que sólo podrán los amados de
Dios comprender.
Paz, paz, cuán dulce paz. Es aquella que el Padre me
dá.
Yo le ruego que inunde por siempre mi ser. En sus
ondas de amor celestial.
Este himno es muy antiguo y hermoso
solo el Padre nos da la verdadera Paz que todos necesitamos
Gracias por la Paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento.
Dios les bendiga con esa Paz que tanto necesitamos
Dorcas*Tabita