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De: marysela (Mensaje original) |
Enviado: 15/01/2010 18:26 |
CADENA DE ORACIONES A LA MADRE DEL PERPETUO SOCORRO POR HAITÍNo sólo rezando espero, que nos concedasel Milagro de tu Socorro, Oh, Madre:Salva por nosotros cuanto puedas,y anímanos en medio del desastre…ORACIÓN(Rezada por todos)Oh, Madre del Perpetuo Socorro,que iluminas el horizonte de tus hijos,aquí tienen tus pies a tus humildes servidores,que a ti acuden, pues confían, como siempre en ti,Madre de los milagros y la misericordia,ten piedad de ellos y nosotros.Oigo que todos te llaman diariamente”Refugio y Esperanza” de los hombres,ya sean justos o pecadores…Sé, pues, nuestro refugio y esperanza,en el pesar y la calamidad más imponente.Socórrenos por amor a Jesucristo y a los nuestros.Tiéndenos la mano a nosotros,tus servidores caídos, que a ti se encomiendan,y se consagran para siempre a ti.Bendigo y doy gracias a Dios,quien, por su misericordia nos haconcedido esta confianza en ti,que hoy te miramos como un signo de salvación,en medio de este suelo y sus catástrofes.¡Infelices de nosotros y de mí!En el pasado hemos caído en la culpa y el dolor,de no haber acudido a ti,tenemos por cierto que, si a ti,Madre, nos encomendamos,nos ayudarás en este contratiempo,para que salgamos victoriososuna vez más ante lo adverso.Pero ése es nuestro temor, Oh, Madre mía,que en ocasiones dejemos de llamarteen nuestra ayuda, y así nos pierdas.Concédenos, pues, esta graciaque ardientemente te pedimos,que en los asaltos del mal y las catástrofes,podamos recurrir a ti,como hoy, diciéndote:“Maria, ayúdanos”,Virgen del Perpetuo Socorro,no permitas que perdamos el amor a Dios,ni tampoco a nuestros hermanos,los más pobres, pero nunca miserables,de esta tierra que los vió nacer,caer y levantarse ante la adversidad…Permítenos imaginar y reconstruir este paísdesde lo más entrañable de nuestros escombros,y que podamos rescatar las mayores vidas posibles,pues las almas que no fueron salvadas por los toposya sabemos que están contigo floreciendo,a la diestra de Dios, nuestro Señor…Haz que esta Isla de las Hogueras se levantey que Puerto Príncipe pueda serparaíso caribeño a tu llegada.Dános una segunda naturaleza como al Mackandalsin reino en este mundo,pero con otra oportunidad donde crecercon ellos y por ellos, para quenuestros ancestros hagan fiesta equinoccialy los ángeles puedan seguir en su apogeo,Oh, Madre divina del Socorro.INVOCACIÓN(A cada invocación se responde:Madre del Amor, ven en nuestro socorro.)¡Oh, Madre del Perpetuo Socorro!Nuestros corazones rebozan de confianza en ti,a causa del nombre que llevas.Acudimos a ti y queremos manifestartenuestros dolores y necesidades;venimos a implorar tu maternal socorro.Escucha, Madre, nuestras humildes súplicas,la del que nada tiene o el que ha guardado un poco,pensando que mañana será un día mejor,para vender sus galletitas de lodo,a un cuerpo pegado al niño que nutre a su lombrizmientras la madre se embaraza de hambre cada enero,pero éste le arrancaron otra alma de raíz…Escucha, Madre, escucha, y hoy hazte sentiren el monte Carmelo o en el puerto,por las manos que se quedaron esperandoser estrechadas o llamadas a una búsquedaque no alcanzó el rescate de los topos de México,perdidos cual ahogados ante el mare magnumde los cuerpos gritando polvo hasta su desesperaciónsobre esa morgue vespertina en cara o cruzdonde la tierra nunca dirá los nombres o las señas,ni los suenos de tantos caidos por vivir…ORACIÓN A NUESTRA MADRE(Rezada por todos)Ay, Madre, purifícanos,de toda pesadilla consular,hoy hemos de inventar las fuerzas,que nos permitan ayudarlos a subir,mientras los cantos junten la fosa más común,con almas despertando su sangre de azucenasen días que dan susto al infierno por Haití,precisamente ahoracuando el mundo apostabaque habría de parir la mancuerna sagradaen este dilatado porvenir.¡Oh, Madre del Perpetuo Socorro,cuyo solo nombre inspira confianza!Si alguna esclavitud nos encadenaal pecado de romperla en estos días,contra las seducciones del mundoy todo lo que nos oprime en este reino.Si vivimos en el temor y la tibieza,para que nos reanimemos,en el cumplimiento de las acciones sociales,con todas las pruebas y trabajos de la vida.Contra nuestra propia inconstancia,y para perseverar hasta el fin.Para que siempre promovamos el Amor,la ayuda y la fraternidad,la solidaridad y la justicia.Para que nuestra vida sea siempre concordia.¡Oh, Madre nuestra, ayudanos y ayudalos,hasta nuestro último suspiro!BENDICIÓN(Se canta un himno apropiado) Oh, Santísima Virgen María,que para inspirarnos tu confianza sin límiteshas querido tomar el dulcísimo nombrede Madre del Perpetuo Socorro,te imploramos hoy que nos socorrasen todo tiempo y lugar, como es ahora,después de las caídas,en las dificultades,en todas las miserias de la vida,y sobre todo, en el trancede la vida con muerte.Concédenos,Oh, amorosa Madre,el pensamiento y la costumbrede recurrir siempre a ti,porque estamos ciertosde que si somos fieles al invocarte,tu serás también fiel en socorrernos.Obtén para nosotrosesta gracia de las gracias,la gracia de suplicarte sin cesar,con la confianza de hijos y amigos,a fin de que,por la virtud de esta súplica constante,obtengamos tu perpetuo socorro,y la perseverancia hasta el fin.Bendícenos, Oh, tierna y cariñosa Madre,ruega por nosotros ahora,en la hora de nuestra vida,como tambien en la hora de nuestra muerte,Amén.de la red
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De: VAINICA |
Enviado: 15/01/2010 21:52 |
ORACIÓN A NUESTRA MADRE
Virgen del Perpetuo Socorro, no permitas que perdamos el amor a Dios,
ni tampoco a nuestros hermanos, los más pobres, pero nunca miserables,
de esta tierra que los vió nacer,caer y levantarse ante la adversidad…
Permítenos imaginar y reconstruir este país desde lo más entrañable de nuestros escombros,
y que podamos rescatar las mayores vidas posibles,pues las almas que no fueron salvadas por
los topos ya sabemos que están contigo floreciendo,a la diestra de Dios, nuestro Señor…Haz que esta Isla de las Hogueras se levantey que Puerto Príncipe pueda ser paraíso caribeño a tu llegada.Dános una segunda naturaleza como al Mackandalsin reino en este mundo, pero con otra oportunidad donde crecercon ellos y por ellos, para que nuestros ancestros hagan fiesta equinoccialy los ángeles puedan seguir en su apogeo,Oh, Madre divina del Socorro. |
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Mami y yo
nos unimos en oracion
soñadora Pau
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De: VAINICA |
Enviado: 16/01/2010 21:56 |
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De: VAINICA |
Enviado: 17/01/2010 13:53 |
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De: VAINICA |
Enviado: 18/01/2010 21:01 |
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Oración esperanzada ante el terremoto de Haití Por Antonio DÍAZ TORTAJADA, Sacerdote-Periodista
Señor: ¿Dónde estabas? ¿Y dónde estás ahora? ¿Dónde te podemos encontrar? ¿Dónde estabas cuando la gente sufría? ¿Dónde estabas cuando sucedió el terremoto? Son las preguntas que te hago, Señor, cuando mis pensamientos se ofuscan al contemplar tanto dolor y tanta tragedia; tanto edificio derrumbado y tantos muertos por las calles. Ante el terremoto, no solo ha temblado la tierra, sino también los corazones.
Señor: No estabas lejos de tantos hermanos nuestros; estabas en cada persona y morías cuando moría un hermano nuestro, aplastado por los escombros o por el vaivén de la tierra movediza. Y siempre, Señor, sufren las catástrofes los mismos, y siempre sufren las destrucciones los mismos, y siempre mueren los mismos. Miles de heridos, miles de muertos y muchísimos más los damnificados. Y en el horizonte: un futuro incierto. Las escenas son aterradoras: dolor y llanto sin consuelo por los muertos, familias enteras que han desaparecido. Basta lo dicho para poner en palabra una gran tragedia y un gran sufrimiento.
El terremoto no es, pues, Señor, sólo una tragedia, sino que es también una radiografía del país. Muy mayoritariamente mueren los pobres, quedan soterrados los pobres, tienen que salir corriendo con las cuatro cosas que les quedan los pobres, duermen a la intemperie los pobres, se angustian por el futuro los pobres, encuentran inmensos escollos para rehacer sus vidas los pobres.
Señor: La tragedia ha sido grande para los pobres. Y en medio de la tragedia la vida sigue pujando, atrayendo y moviendo con fuerza. Y, junto al impulso del propio vivir, surge también la fuerza de la solidaridad. Es la santidad del sufrimiento. Puede sonar exagerado, pero, ante estos pobres, quizás podamos repetir lo que dijo el centurión ante Jesús crucificado: “Verdaderamente éstos son hijos e hijas de Dios”.
En los pueblos sufrientes, crucificados, Señor: ¿Dónde estabas? ¿Y dónde estás ahora? ¿Dónde te podemos encontrar? ¿Dónde estabas cuando la gente sufría? ¿Dónde estabas cuando sucedió el terremoto? Las preguntas siguen resonando: También las hizo Jesús, y Pablo tuvo la audacia de responder: en la Cruz. Dios está entre los escombros de las ciudades rotas, refugio de damnificados sin nada. Dios está entre los muertos y destruidos por la rabia de la tierra que se balancea a su antojo.
Señor: La mayor esperanza es seguir caminando, practicando la justicia y amando con ternura. En este sentido, ojalá la solidaridad ayude a reconstruir una nueva historia, pero sobre todo personas y pueblos; ayude a reparar caminos, pero sobre todo modos de caminar en la vida; ayude a construir templos, pero sobre todo pueblo de Dios. Ojalá la solidaridad dé esperanza a este pueblo que sufre y muere. Con ella ya encontrará la gente modos de valerse por sí misma. Ayúdanos, Señor. Amén.
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De: VAINICA |
Enviado: 19/01/2010 14:22 |
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Dios provea a todos los damnificados |
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De: VAINICA |
Enviado: 21/01/2010 13:36 |
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De: VAINICA |
Enviado: 22/01/2010 20:40 |
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De: VAINICA |
Enviado: 23/01/2010 20:35 |
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