Un remedio para el vértigo
El autor de esta columna es un compañero y amigo de toda la vida, radica en saltillo coah. mex. es medico psicologo y investigador de la conducta humana....me parece interesante compartirlo con uds. mis amigos de esta casita......luis mario
Por Javier Cárdenas Silva
Nos vamos a tardar un buen tiempo en adaptarnos a lo que estamos viviendo: esta constante información universal, simple y compleja de todo y de todos, desde “Oscares” hasta terremotos, desde lujos insospechados hasta miserias humanamente insoportables, desde cambios democráticos modernos hasta prácticas políticas imperialistas y pseudo republicanas… todo sucede y aparece en nuestro mundo actual de manera simultánea, transitoria y acelerada .
Y nosotros vamos montados en este movimiento donde se mezclan los acontecimientos triviales con los substanciales, los cómicos y ridículos con los héroicos, los criminales con los honorables, las apariencias con las simulaciones “autentificadas”, y las tragedias y los triunfos efímeros y los éxitos verdaderamente históricos y los millones del SuperBowl con los miles de huérfanos de Haití, y las “puntadas” de los políticos que determinan su quehacer y el hambre silenciosamente proclamado de los millones de marginados.
Todos vamos montados en este planeta cuyo vértigo no lo determina su movimiento cósmico sino seis mil millones de seres humanos supuestamente racionales y supuestamente libres y autodirigidos. -No se puede acelerar la velocidad de la tierra sino a más de un político ya se le hubiera ocurrido la idea de hacerlo para resolver el problema de la pobreza o del desempleo-. Hay que hacer y decir lo de siempre pero con pasión política, republicana, religiosa, deportiva, industrial, comercial –sobre todo comercial-… hay que comprar, vender, producir, consumir, asistir, votar “con pasión”… y la minoría tiene que contagiar a una infinita mayoría de esa “pasión” y preocupación por asuntos socialmente intrascendentes -como el “affaire Cabañas”-… y esa mayoría ya condicionada y adicta al vértigo informativo busca anhelante e inhalante la “novedad” antes de sufrir un “síndrome de abstinencia de información trivial”
No podemos decir con los Beatles “Paren el mundo que quiero bajarme”. Por más loco, confuso y contradictorio que sea nuestro mundo actual no podemos abandonar nuestro asiento de esta nave que solamente sabe dar vueltas alrededor del sol. Ni tampoco podemos modificar instantáneamente las circunstancias que nos rodean, la mayoría de ellas no las elegimos.
Pero todavía hay un espacio en nuestro interior en el que podemos poner orden y jerarquía. Es el espacio personal de lo que determinemos como bueno o malo, como verdadero o falso, como bello o feo, este espacio se llama conciencia personal. Si hacemos que nuestro hacer y decir sean determinados por las definiciones de nuestra conciencia no sufriremos el “síndrome de abstinencia de trivialidades”, ni tendremos que exilarnos a otro planeta.
La conciencia de cada quien, cuando es tomada en cuenta, sigue siendo la principal certeza en medio del vértigo y del caos informativo.