L A I R A
El que se enoja ciertamente sucumbirá. Como bien sabemos la ira tiene su origen en la soberbia y depende de ella.El iracundo como en cualquier situación de tentación, actúa con violencia, y poco a poco se le acentúa este gravísimo defecto.
Quien se deja llevar por la ira puede cometer gravísimos errores que le pueden perder inevitablemente, pues cegado por la cólera se destruye a sí mismo y destruye a quienes le rodean sean objetos o personas.
El orgulloso facilmente cae en la cólera, pues sientiéndose un hombre de importancia, se cree acreedor a todo reconocimiento de honor y vanagloria.
Se hace sentir que todo lo merece y se fomenta esta credibilidad que la persona se siente tan segura de esta clase de tentaciones y experimenta ser quien tiene todo merecimiento y se vuelve arrogante y superficial. Así mismo goza en hacer sufrir a sus hermanos y formula situaciones con decisiones crueles que son inimaginables.
Pierde el sentido y relación con Dios que pudiera tener. Llega a actuar y formula la destrucción de todo, pues sin herir sus sentimientos aplica la violencia gozándose del mal ajeno.
Para combatir la ira, debemos tener humildad, paciencia, docilidad, modestia, pudor, buena voluntad, mansedumbre, bondad, amabilidad, benignidad, dulzura, delicadeza, etc.
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*Fondo por Vainica*
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