Enhorabuena y felicidades a Chile
y a todos los chilenos;
y especialísimamente a los 33 mineros y a sus familiares.
Es ejemplar la lección que los chilenos están dando al mundo entero.
Lección humana de fe en sí mismos, de esperanza y de solidaridad. Desde el primer momento de la tragedia del hundimiento de la mina, el Presidente, Sebastián Piñera, afirmó con rotundidad que sacaría a los mineros ‘sepultados’.
Su decisión contribuyó a suscitar un movimiento de solidaridad, y el ofrecimiento de algunos países para colaborar en cuanto fuera necesario.
Como el tiempo obraba en contra, puso inmediatamente manos a la obra. No obstante, las circunstancias obligaban a ser prudentes: Por eso se daban, como plazo posible, hasta las Navidades próximas. La realidad ha acortado el tiempo en la mitad. Enhorabuena también por esto.
Lección de fe y confianza en Dios. No es precisamente el título de minero el que sugiere sentimientos más religiosos. Sin embargo recordaré durante mucho tiempo el cartel de “Gracias, Señor”, o las palabras “Yo tenía la esperanza de que Dios vendría en nuestra ayuda”, o la actitud de arrodillarse dando gracias a Dios, y tantas otras muestras de fe y gratitud de los mineros al salir a la superficie.
Y recordaré igualmente las cadenas de oración ininterrumpida durante la operación de salvamento, con los obispos a la cabeza, oraciones que han recorrido todo el país.
Desde luego la fe, la humana y la religiosa, ha movido montañas.
Podéis estar sanamente orgullosos, chilenos participantes de VAINICA.
*Fondo por Vainica*