Dejar ir
Descanso, dejo ir y pongo mi fe en Dios.
A veces, necesito un recordatorio de que Dios es mi ayuda en toda necesidad. Cuando siento preocupación por las circunstancias, me doy cuenta de que he de cambiar de curso. Quizás he estado sintiendo que tengo que resolver todo por mí mismo. Desde lo más profundo de mi ser, soy motivado a reconocer que existe un camino más seguro con el Espíritu divino.
Dejo ir y pongo mi fe en Dios, y siento un manantial de paz interna. Aquieto mi mente, me calmo y hago que todo esfuerzo cese. Después de unos momentos de dejar ir y dejar a Dios actuar, acepto con beneplácito el fluir de energía renovada y la seguridad de que Dios está conmigo. Con gratitud, tengo receptividad a nuevas ideas, y sé que cuento con confianza renovada y recursos ilimitados.
Tened fe en Dios.--Marcos 11:22
|