Las Bienaventuranzas
(del Evangelio de San Mateo, capítulo 5)
Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino
de los cielos.
Bienaventurados los no violentos, porque ellos poseerán la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,
porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán
misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán
llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por ser justos, porque de ellos
es el Reino de los Cielos
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