En el día primero del nuevo año civil --OCTAVA DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR, SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA MADRE DE DIOS, y JORNADA DE LA PAZ-- la liturgia nos presenta la solemne fórmula de bendición, propuesta por el mismo Dios a Moisés en el Antiguo Testamento:
El Señor habló a Moisés:
-Di a Aarón y a sus hijos:
Ésta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas:
"El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor.
El Señor se fije en ti y te conceda la paz.
Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré”.
Números 6, 22ss
La mirada de Dios sobre nosotros, bendiciéndonos con amor, es para el hombre la suprema bienaventuranza.
Pero al mismo tiempo recibimos hoy la especial bendición de SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS, inseparable de la bendición del Señor, ya que al ser Madre de Jesús se hizo también Madre Nuestra.
Que esa bendición ilumine de verdad, no sólo el rostro, sino el corazón de cada uno de nosotros, de nuestras familias, de EL MUNDO DE VAINICA, y de todos los hombres, a fin de que este día, JORNADA DE LA PAZ, sea el comienzo de una PAZ verdadera y estable en el mundo.
Esta ESPERANZA es la más bella ilusión, que deseo se haga realidad en todos.