Sólo amándote he podido
dejar mi propio infierno;
he visto abrirse el cielo siguiendo
el camino que iluminan tus pupilas.
Cuando todo parece perdido,
una fuerza vital ha levantado el vuelo
deshaciendo la obscuridad en que me encuentro
y en tus besos, remace el ánimo a la vida.
Ahora, un rumor de fiesta se ha encendido,
todo es alegría que apaga el trste duelo:
dos palomas en la mano tengo,
y a tu lado va sanando el alma adolorida.
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de mi alumno y amigo: JOSE EUGENIO.
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LUIS MARIO
+Fondo por Vainica* |