Un carnaval es una celebración pública que tiene lugar inmediatamente
antes de la cuaresma cristiana, con fecha variable (desde finales de enero
hasta principios de marzo según el año), y que combina algunos
se llaman así algunas fiestas similares en cualquier época del año. A
pesar de las grandes diferencias que su celebración presenta en el
mundo, su característica común es la de ser un período de
permisividad y cierto descontrol.
El origen de su celebración parece probable de las fiestas paganas,
como las qu se realizaban en honor a Baco, el dios del vino, las
saturnales y las lupercales romanas, o las que se realizaban en honor
del buey Apis en Egipto. Según algunos historiadores, los orígenes
de esta festividad se remontan a las antiguas Sumeria y Egipto,
hace más de 5.000 años, con celebraciones muy parecidas en la
por Europa, siendo llevado a América por los navegantes españoles
y portugueses a partir del siglo XV.
El carnaval está asociado principalmente con el catolicismo, y en
menor medida con los cristianos ortodoxos orientales; las culturas
protestantes usualmente no celebran el carnaval o tienen tradiciones
modificadas, como el carnaval danés.
La celebración del carnaval más grande del mundo es la de
cuales son además los únicos carnavales españoles en tener la categoría
de Fiesta de Interés Turístico Internacional. El Carnaval del Uruguay
es el más largo del mundo, pues se inicia a fines de enero y finaliza en
las primeras semanas de marzo. Su capital, Montevideo, fue declarada en
2009 Capital Iberoamericana del Carnaval. El Carnaval boliviano,
con caporales y morenadas, debe su actual auge en Europa debido
a la emigración reciente. Al igual el carnaval de Veracruz, en México.
Una celebración carnavalesca muy colorida es el de República
Dominicana, donde desfilan variados personajes de trajes brillantes
y ruidosos y representativos de folcklor dominicano.
Los etnólogos encuentran en el carnaval elementos supervivientes
consideran que para la sociedad rural, fuertemente estructurada por
el cristianismo, el tiempo de «carnestolendas» ofrecía mascaradas
rituales de raíz pagana y un lapso de permisividad que se oponía a
la represión de la sexualidad y a la severa formalidad litúrgica
de la Cuaresma.