¡GRACIAS!
Gracias a cuantos—manifestándolo o no—hayan elevado al Señor una oración por el eterno descanso del alma de mi hermano José María.
Hace años, estudiando en Salamanca, leí sobre una lápida sepulcral esta petición que, a pesar de mi juventud, me hizo reflexionar y nunca he olvidado:
Un Padre Nuestro te pido,
hermano, reces por mí:
como tú te ves, me vi;
como me veo, te verás;
y entonces te alegrarás
de que lo recen por ti.
A todos, de nuevo ¡gracias!
Santiago