Se fijó en una colega, la más bonita que jamás había visto. Su belleza natural era la admiración de todos los concurrentes.
El se arrimó y le dijo:
- Puedo parecer un abogado común, pero en pocos meses mi padre va a morir y heredaré 20 millones de dólares. ¿Querés acompañarme y venir conmigo a mi casa?... Podés llegar a ser mi mujer.
Impresionada la hermosa y brillante abogada, aquella noche fue a la casa con Daniel ...
Y ... tres días después se transformó en su madrastra.
MORALEJA: Los abogados pueden ser muy hábiles, pero las abogadas, además, son mujeres
Vainica