Entonces levanté la voz para decirle que me había percatado de que estaba tratando
con el rey de los canas , que era un botón indeseable y que no entendía cómo
carajo dejan entrar a semejantes turros en la Policía ....
Él acabó con la segundo boleto, la colocó debajo del limpiaparabrisas, y empezó con una tercera.
No me achiqué y estuve durante más de 20 minutos insultandole hasta en inglés.
Él, a cada insulto, respondía con una nuevo boleto.
Cuando vi que el tema no daba para más, me fui bastante satisfecho a tomar el autobús ...
¡Suerte que había ido sin el auto....!!
Desde mi retiro, ensayo cada día alguna variante de cómo divertirme un poco.
A mi edad es muy importante - así me aconsejó el médico -
tener sanos pasatiempos que me alegren la vida ....