VENCE EL MIEDO
En el corazón mismo del miedo -si es un miedo "vivo" y no
paralizante- está la fuerza que nos ayuda a salir de él.
Del mismo modo que en el corazón de la oscuridad está la
pequeña chispa que se convertirá en luz.
El miedo sólo paraliza cuando se le da un valor definitivo:
hay miedo y nada más que miedo. El miedo abre paso al valor
cuando se lo toma como una prueba: hay que aprender a ver
los peligros, reales o imaginarios, para saber con qué o con
quién combatimos. El miedo, en este caso, es una incitación
al valor. Cuando sabemos a qué le tememos, podemos
actuar para crecer y asumir el tamaño de lo que nos asusta.
¿Que el miedo es el primero de los enemigos en el camino
de la sabiduría? Ya lo sabíamos, pero hay que experimentarlo.
La sabiduría no es llenarse la cabeza con ideas que nunca
se aplicarán (precisamente por miedo o por cobardía, o
por comodidad que es otra de las formas del miedo y la cobardía);
sabiduría es aprender a vivir, a evolucionar, llegar a sentirse
más firmes y seguros.Es evidente que para llegar a la
sabiduría hay que atravesar muchos caminos desconocidos,
hay que abrirse paso por la intrincada selva de las experiencias;
quedarse atrás por miedo, creer que evitaremos estos
encuentros con lo desconocido, es apenas aplazar el
sentido inexorable de la vida, y para peor, vivir lo que nos
queda por delante con la sombra permanente del temor,
de lo que se pudo hacer y no se hizo a la espera del
héroe interior cuyo nacimiento se abortó en la mediocre
comodidad del que no quiso vencer obstáculos.La vida es
un tesoro de sabiduría cuando se aprende a vencer el miedo
en cada paso. Se trata de tu vida, de tus pasos.
No tengas miedo.
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(Filosofía para vivir)